En el documento “Secundaria del Futuro” subyace una vieja tendencia que resurge cada tanto, la de una formación mucho más regida por los requerimientos del mercado laboral. Se trata de reconducir la vinculación de la escuela con la vida productiva más directamente hacia el empleo, desde una perspectiva condicionada a los vaivenes del mercado. Por eso hay en esta propuesta un fuerte énfasis en que la escuela sea menos escuela y más una subsede de empresas, más tiempo de tutorías e inserción en determinadas ramas de la producción a una edad muy temprana, cuando todavía el futuro posible es amplio y diverso. Es un direccionamiento que restringe, porque se forma un individuo con menos autonomía, sin una formación amplia que le permita reposicionarse en una sociedad y un mundo cambiantes, más supeditado a lo que el mercado le destine.
Los sistemas que, en otros países, se propusieron insertar muy rápidamente, a los 13 años, en una formación determinada (suelen decir “meterlos en un tubo”), recibieron muchas críticas y se están revisando.
Independientemente de la ocupación que elijamos para nuestras vidas, la escuela debe brindarnos un espectro que incluya saberes que tal vez no apliquemos directamente en la vida adulta, pero que hacen a nuestra formación integral como ciudadan@s, posibilitando modos diversos de percibir el mundo y situarnos frente a él.
Hay un corrimiento de la prioridad en la que hace foco la escuela secundaria, desde una noción de derecho hacia un énfasis compulsivo en la innovación.
Como en otros documentos de esta gestión, se parte de un diagnóstico que desconoce la realidad actual de la secundaria. Se plantea, por ejemplo, ir “de la clase magistral al trabajo autónomo colaborativo”. Quien suponga que lo que se hace en las aulas es una práctica de “clase magistral”, hace mucho que no visita una escuela. «
* Investigadora del Conicet, docente de la Univ. Pedagógica (UNIPE)
Secundaria del futuro
En el marco de las reformas estructurales en la educación y el trabajo a nivel nacional, es que en la ciudad de Buenos Aires, mientras se está aplicado el tercer año de la NES – resistida tanto por los docentes como por los estudiantes – el gobierno de H.R Larreta dio a conocer un documento sobre las nuevas modificaciones del nivel medio, la “Secundaria del Futuro”. La implementación comenzaría en 16 escuelas pilotos en el año 2018.
La novedad radica en el pasaje de disciplinas a áreas: sociales y humanidades, naturales y tecnología y comunicación y expresión. Todas ellas contenidas en dos unidades académicas que contemplan un ciclo básico de dos años y un ciclo orientado de 2 años. Además de un evidente recorte de contenidos, devaluando aún más los existentes, teniendo en cuenta el contexto de avanzada sobre los y las trabajadoras entendemos que en el mediano plazo afectará a la cantidad de docentes que verán reducidos los espacios curriculares donde se desempeñan.
¿Y el 5to año? En la nueva propuesta el último año estará destinado a la “formación” en un 50% del tiempo escolar directamente en empresas-sin convenio- y el 50% del tiempo restante en la organización de proyectos de emprendurismo, es decir, trabajo en empresas como mano de obra barata y una formación para el desempleo crónico. Un verdadero ataque a los derechos de la juventud a estudiar y acceder a la cultura y un gran favor a las demandas de un mercado laboral cada vez más flexibilizado.
Otro aspecto central del proyecto es el cambio de metodología de enseñanza. Se determina que un 30% del tiempo de la clase esté a cargo de docentes para enseñar un contenido y el 70% restante para “facilitar” el trabajo mediado por la tecnología- plataformas y educación a distancia-. Además de unilateral, el cambio busca remplazar a la figura del docente por “facilitadores” que no necesariamente sean docentes titulados y, por supuesto, por fuera del estatuto del docente.
El documento profundiza los lineamientos en materia educativa que se exigen en el mundo del trabajo. Una descalificación de la fuerza de trabajo, una “baja del costo laboral” que se traduce en un intento de reforma laboral.
La otra cara del problema para el gobierno es cómo adaptar a la escuela a las necesidades cambiantes del capital, de las empresas y, por lo tanto, a la reforma laboral en debate en nuestro país.
En ese marco es que entendemos este nuevo intento de reformas a la educación secundaria.
La reforma educativa que el gobierno de la Ciudad intentará imponer en las escuelas no se da de manera aislada sino en el marco de una reforma estructural del sistema educativo a nivel nacional.
Las y los docentes nos enteramos por los medios de comunicación de que el gobierno nacional promueve una reforma del nivel secundario a partir del 2018. El 19 de junio el diario Clarín publicó una nota en la sección sociedad donde asevera: “En caída libre y sumando fracasos, la escuela secundaria argentina muestra indicadores que hablan de una crisis terminal”.
Nos preguntamos ¿En qué diagnóstico se basan para llegar a semejante conclusión?
Tal como hace el gobierno nacional en su proyecto de reforma educativa denominada Plan Maestro, Clarín utiliza los indicadores de medición externa que ha arrojado el Operativo Aprender para declarar la proximidad de la muerte de la escuela secundaria. Omiten sin embargo los altísimos niveles de rechazo que tuvo esta evaluación externa y estandarizada que de manera organizada docentes, estudiantes y familias llevamos adelante con un boicot a la misma a lo largo del país, lo que en la práctica anula cualquier conclusión basada en sus resultados.
Luego de una reunión del Consejo Federal de Educación (integrado por todos los ministros de educación de las provincias), nos llega de manera informal un documento “borrador”, Marco para la Implementación de la Secundaria 2030, en donde el Ministerio de Educación establece ejes de la reforma estructural en el nivel medio a nivel nacional, y las pautas que deben seguir la jurisdicciones para su implementación a nivel provincial.
De concretarse esta reforma, nuevamente se haría de manera inconsulta y a espaldas de los y las docentes, ignorando cuáles son las necesidades reales de las escuelas que conocemos quienes sostenemos la educación pública con nuestro trabajo todos los días. Así lleva adelante sus políticas educativas el gobierno del supuesto “diálogo”.
Este tipo de reformas incluyen como ejes tanto la evaluación permanente como la medición estandarizada que tienen el objetivo de conocer en qué medida la educación media prepara para el cada vez más flexibilizado mercado laboral, elaborando un ranking. Los resultados de estas pruebas estandarizadas (como Aprender o las famosas “Pisa”) son la excusa perfecta para volver a reformar la escuela. El verdadero objetivo no es mejorar la educación de las y los jóvenes y adolescentes sino responder a la necesidad de las patronales de formar mano de obra cada vez más barata haciendo eje en las “habilidades blandas”. Es decir, devaluar aún más el nivel académico de la escuela media. Esto se logra mediante el recorte de las disciplinas por áreas, el remplazo por espacios de definición institucional -sin orientación pedagógica alguna ni presupuesto- y la terminalidad –promoción de materias con cursadas y contenidos acotados– como preocupación institucional, en lugar de un proyecto educativo que pueda acompañar los trayectos escolares correctamente.
Al respecto menciona Clarín: “Los cambios implican una reformulación del contenido curricular de la escuela media. Se piensa en menos materias, que garanticen los saberes prioritarios y las capacidades fundamentales que ‘preparen a los jóvenes para el desarrollo personal, social, cultural, laboral y productivo’. (…)Se piensa en flexibilizar la clásica repitencia, un sistema que demostró no tener éxito y provoca que muchos alumnos, especialmente de los sectores más vulnerables terminen abandonado el colegio.”
Esta supuesta flexibilización de la repitencia habilita al gobierno a engrosar las cifras de promoción para venderlas como éxito de su gestión y satisfacer las demandas de organismos externos, sin importar el proceso de aprendizaje que realicen los estudiantes. En el diagnóstico del gobierno sobre el fracaso escolar se omiten adrede las condiciones sociales de vida de los estudiantes y la miseria social que impacta en las escuelas. El nivel de pobreza, desempleo de familias, falta de vivienda, falta de becas, entre otros factores son las principales causas del abandono o repitencia. La omisión de estas condiciones sociales de nuestros alumnos/as por parte del Estado supone cargar las responsabilidades de la crisis educativa a la docencia, las familias y la juventud.
En la nota Clarín señala que “No habrá más ‘profesores taxi’ que trabajan pocas horas en muchas escuelas y tienen poco contacto con sus alumnos. En su lugar, los profesores serán designados con cargo y jornada completa para una misma escuela, y así se espera que tengan más contacto con los alumnos.”
En sintonía con las declaraciones de Clarín, el MOA 2030 establece que a los fines de reorganizar el trabajo docente en función de los objetivos de la reforma se podrá modificar la forma de acceso a os cargos. “los mecanismos de designación docente también pueden ser objeto de cambio para garantizar mayor pertinencia entre la PIA de una escuela y sus docentes. Los concursos docentes pueden incluir instancias de presentación de proyectos elaborados específicamente para la escuela donde se encuentra el cargo vacante y/o de entrevistas con los equipos directivos. Estos son esquemas posibles para generar mayores niveles de involucramiento, compromiso y acercamiento entre los docentes y las características de la institución en la que han de desempeñarse. Por otro lado, la conformación de nuevas grillas horarias con áreas integradas y proyectos puede implicar redefinir los perfiles docentes y la conformación de los cargos.” Un claro ataque al Estatuto Docente y la democracia en el acceso a las horas y cargos.
Tras la fracasada experiencia de la implementación de la NES y frente a todos los problemas y arbitrariedades generados con la implementación de la Ley de Profesor por Cargo que vulnera constantemente derechos laborales, nos preguntamos: ¿Cómo serán esas designaciones, a quiénes se le otorgarán esos cargos de jornada completa y qué pasará con el resto de las horas y con todos los y las docentes de las materias que ya no existan?
La educación secundaria a lo largo de los últimos 25 años ha sido reformada en varias oportunidades: Ley Federal de Educación en 1993 implicó cambios estructurales con la implementación del Polimodal; la Ley de Educación Nacional en 2006 intentó “reparar” el fracaso de la misma sin lograr mejoras. Cada nuevo “cambio” sigue al pie de la letra la línea de los organismos internacionales para ajustar a la educación a los requisitos del capital, las reformas de este tipo son una tendencia internacional general.
A estas reformas se sumó la implementación de la Nueva Escuela Secundaria, como resultado de Resoluciones emanadas del Consejo Federal de Educación que comenzó a ponerse en marcha en todo el país en 2009. En la Ciudad de Buenos Aires – que nunca aplicó los cambios de estructura de niveles que proponía la ley menemista de 1993 gracias a las enormes luchas estudiantiles y docentes- la NES supone una reforma drástica de los planes de estudio, orientaciones y modalidades de la escuela secundaria bajo el argumento de que esta reforma vendría a solucionar los problemas y a generar una escuela “de calidad” bajo los estándares de los tecnócratas del entonces ministerio porteño que hoy ocupan los sillones del ente nacional.
Muy por el contrario, la NES (que actualmente se está aplicando en 3° año de todas las escuelas y en 4° año en las escuelas pioneras) a contramano de lo planteado por la docencia y comunidad educativa, trajo como resultado un recorte de materias, orientaciones, titulaciones y ha flexibilizado el trabajo docente, tal como venimos denunciando desde Ademys. ¿Es posible plantear una nueva reforma cuando la última no tiene aún egresados y sus actores nunca han sido consultados para realizar una evaluación de lo efectuado?
Esta reforma pactada entre el macrismo y el anterior gobierno kirchnerista es parte de un compromiso estratégico en materia educativa de ambos bloques políticos. Fuertemente resistida por la docencia con movilizaciones y tomas de escuelas por parte de los estudiantes no se detuvo ni siquiera ante la denuncia de las escuelas por falta de cuestiones tan básicas como espacio e infraestructura.
La comunidad educativa en su conjunto, la docencia, los estudiantes y las familias debemos seguir organizados para rechazar un nuevo ataque a nuestras escuelas, defendiendo el acceso de la juventud a la cultura y a la educación pública.
Nuevamente una reforma que ataca la educación pública Llamamos a toda la comunidad educativa a rechazar esta nueva reforma y organizarnos para enfrentarla
Referencias :
http://www.inet.edu.ar/wp-con tent/uploads/2016/06/2016.06.
https://www.clarin.com/
Fuente: https://www.tiempoar.com.ar y http://www.ademys.org.ar/v