El proyecto es desarrollado por el titular de la cátedra de Maquinaria Agrícola, Guido Fernando Botta y el director del museo, Diego Wilfredo Agnes. Adrián Leonardo Olivieri, coordinador del MUMaAg, y encargado de llevar adelante el trabajo de reconstrucción explicó que “los Qom cultivan el maíz de forma tradicional y desgranan con un sistema muy rudimentario, que cuesta mucha mano de obra y lleva tiempo. Esta máquina desgrana y separa el desecho. Si bien es antigua y obsoleta, la vamos a hacer funcionar como hace cien años”.
Desde el MUMaAg, destacaron la colaboración del secretario de Desarrollo y Relaciones Institucionales de la FAUBA, Gustavo Schrauf, quien se interesó en llevar adelante el trabajo y aportó los fondos necesarios para la realización de la tarea. “Nos pareció una buena iniciativa y nos ofrecimos a restaurarla. Esperamos entregársela a los Qom en condiciones a principios del año que viene”, dijo el director del museo Agnes.
“Un coleccionista de máquinas antiguas donó tres desgranadoras. Y, después de hacer una evaluación, nos dimos cuenta que tenían muchos faltantes y varias piezas rotas, por lo que desgraciadamente de tres podemos hacer una”, contó el coordinador. Pero gracias a la información científica y técnica que posee la biblioteca de la cátedra “Ing. Agr. Alfredo A. Colombino”, los técnicos encontraron los catálogos originales de la máquina y pudieron investigar y reconocer su origen. Se trata de una desgranadora de maíz “El triunfo N°1 a” fabricada en Rosario bajo licencia John Deere y comercializada entre los años 1920 y 1935. También, los especialistas lograron registrar todos los datos de su rendimiento.
“La restauración es un desafío. En el museo “Ing. Agr. Mario César Tourn” tenemos la consigna no solamente de poner lindos los fierros sino también de que vuelvan a su estado natural, respetando la parte estética y logrando que funcionen con sus mecanismos originales. La máquina va a trabajar, va a prestar un servicio y tiene que durar cien años más. Es una restauración a conciencia y pensada para que a la comunidad Qom les sea práctico, seguro y con libertad de rediseñar”, sintetizó Olivieri.
Fuente: Agustina Cavalanti para www.agro.uba.ar