El invento del ingeniero sanjuanino ayudará a mejorar la calidad de vida de miles de personas que sufren discapacidades motoras, al utilizar una innovadora silla de ruedas comandada por el cerebro. El invento fue denominado “Interfaz Cerebro-Computadora”. El 7,1% de la población argentina sufre de algún tipo de discapacidad, de las cuales el 39,5% son motoras.
De acuerdo a la Primera Encuesta Nacional de Discapacidad (ENDI), el 7,1% de la población argentina sufre de algún tipo de discapacidad, de las cuales el 39,5% son motoras. Para ayudar a mejorar la calidad de vida de estas personas, el ingeniero sanjuanino, Pablo Diez, desarrolló un sistema que permite comandar una silla de ruedas motorizada sin mover ningún músculo, dirigida directamente desde el cerebro de la persona.
Según publica el portal ElOtroMate, el invento denominado “Interfaz Cerebro-Computadora” (ICC) mide la actividad cerebral de la persona y adivina lo que quiere hacer enviando un comando directo a su silla de ruedas. Esto solucionaría parcialmente el problema que sufren las personas con discapacidades motoras que no pueden mover sus piernas ni sus brazos, y en ocasiones tampoco pueden hablar.
Si bien anteriormente otros científicos ya habían desarrollado dispositivos similares, lo que diferencia a esta innovación es la implementación de un sistema que no cansa la vista o la mente, ni hace que la persona tenga que estar pensando en determinadas tareas para comandar la silla de ruedas.
Una ICC consta básicamente de dos partes: un equipo para registrar las señales cerebrales (electroencefalógrafo) y una computadora que es la encargada de procesar e interpretar dichas señales.
“Es muy importante realizar avances a nivel nacional en tecnología para ayudar a las personas. No existen dispositivos como este en Argentina y aunque nada de esto aún está disponible en el mercado, esperemos que en el futuro podamos darle a las personas con discapacidad la posibilidad de moverse por sus propios medios”, señaló el experto.
El proyecto fue parte de la tesis doctoral de Diez en el Instituto de Automática de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de San Juan. El desarrollo llevó unos cinco años y todavía debe ser sometido a varias pruebas para comprobar su efectividad.
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Fuente: www.elotromate.com