Volver a la escuela más allá de las distancias: al transformar el aula entera en una única burbuja, el distanciamiento mínimo recomendado por protocolo hasta el momento pasa a ser impracticable. La Ciudad Autónoma de Buenos Aitres y Mendoza se negaron a aprobar una guía que marca el distanciamiento entre alumnos.
La Ciudad de Buenos Aires, junto con Mendoza, tuvieron un curioso voto disidente en la reunión del Consejo Federal de Educación celebrada el 20/7/21. Si bien acompañaron los criterios pedagógicos de promoción acordados por unanimidad, se negaron a aprobar una “guía de condiciones y recomendaciones para habitar la escuela” que plantea que el distanciamiento físico debe seguir siendo de un metro y medio, junto a los protocolos de barbijo, ventilación y lavado de manos también conocidos. En el distrito porteño el voto no positivo es una continuidad de lo que el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, había anunciado el lunes en conferencia de prensa: el regreso a las clases presenciales tal como se conocían antes de la pandemia será un hecho en la Ciudad después de las vacaciones de invierno, comenzando por las y los alumnos de secundaria, y completando para el 23 de agosto todos los ciclos, incluido el inicial.
“La Ciudad tiene que reflexionar. Esta posición los deja en completa soledad”, advirtió el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta. Los gremios docentes también se manifestaron en contra del anuncio del Gobierno porteño, en un juego en el que nuevamente se los acusa de “poner palos en la rueda” por advertir sobre el incumplimiento de medidas para el cuidado.
“Para nosotros es la noticia del año, es la que más alegría nos da transmitir”, celebró Acuña en un canal amigo, como si el solo anuncio marcara un cambio en la realidad epidemiológica o en los criterios de cuidado consensuados como necesarios para prevenir los contagios. La palabra que curiosamente ninguno de los funcionarios porteños pronunció al referirse al tema es “distanciamiento”, que es lo que dejará de respetarse al transformar el curso entero en una burbuja. “La sección, el grado o la sala pasa a ser la burbuja, vuelven a encontrarse todos los compañeros que hace un año y medio no pueden estar juntos”, enfatizó Acuña.
La ministra hizo estas declaraciones el mismo día en que participó de la asamblea del Consejo Federal de Educación, que comenzó con acuerdos pedagógicos en lo relativo a la promoción de grado y las instancias de seguimiento personalizado durante el verano para los alumnos que lo necesiten. Cuando llegó el momento de acordar la Guía para instituciones educativas: condiciones y recomendaciones para habitar la escuela, referida a los protocolos vigentes, no votó a favor (en mayo pasado CABA y Mendoza también habían votado en contra de la suspensión de clases presenciales en las regiones en alarma epidemiológica).
La negativa a aprobar la guía parece de difícil explicación, dado que el texto no hace más que ratificar y ampliar los alcances de los protocolos vigentes, a esta altura conocidos y repetidos hasta el cansancio. El documento fue elaborado conjuntamente entre el Ministerio de Salud y el de Ciencia, con la colaboración de la cartera de Educación. Allí se describen los aportes de investigadores de diversas disciplinas sobre criterios sanitarios y epidemiológicos. Se habla de “los cuatro pilares del cuidado frente a la pandemia, distanciamiento físico, uso correcto de barbijo, ventilación de ambientes y lavado de manos”, y se reitera que, en lo relativo al distanciamiento, la medida mínima a respetar debe ser de un metro y medio. El tema se seguirá tratando el viernes, cuando fue convocado el Consejo Asesor, que integran representantes de los ministerios de Salud y Educación y de los gremios.
“Priorizamos que sea en la educación donde de a poquito vamos empezando a eliminar las restricciones”, celebró la ministra Acuña. Explicó que con esta decisión se busca “recuperar horas de clases” y “lograr la normalidad en forma paulatina y cuidada”. “El foco es sumar más horas de clases para los chicos. Es una medida gradual y no significa que se eliminan todas las medidas de cuidado”, aclaró. La gradualidad anunciada se completa en un mes: el 4 de agosto “vuelven a la rutina habitual” los alumnos de 4º y 5º año de secundaria y los de 5º y 6º de las técnicas, la semana siguiente el resto del secundario, el 17 de agosto se suma el nivel primario, educación especial y nivel superior no universitario, las escuelas para adultos y los centros de formación profesional. El 23 de agosto regresarán, por último, los nenes y nenas del nivel inicial, completando toda la población escolar.
“Lo que espero es que prime la responsabilidad. Hace una semana el ministro de Salud de la Ciudad estaba hablando de una tercera ola”, contrastó Trotta en declaraciones a Radio con Vos. “No es lo que opino yo, es lo que opinan los especialistas y lo que se viene consensuando. Estamos en una situación de mejora en los indicadores, de grandes avances en la vacunación, pero se sigue recomendando sostener el metro y medio dentro del aula. Por supuesto que nos gustaría que en algún momento nos digan que con un metro es suficiente. Pero hoy la normativa vigente habla de un metro y medio“, describió el ministro.
“Tengo la expectativa de que en la Ciudad pueda primar la mirada más responsable y no una instancia más especulativa. Hoy 22 de las 24 jurisdicciones, incluyendo a Corrientes, Córdoba, Jujuy, fueron claras en sostener la norma vigente, el metro y medio. Solo Mendoza y CABA plantearon que no acompañaban la guía”, describió Trotta. Pidió que no se “partidicen decisiones que deberían construirse sobre la base de criterios objetivos”. “La expectativa de que todos los chicos estén en el aula, la tenemos todos, pero con las pautas objetivas que han sido aprobadas. No es un conflicto de la Ciudad con la Nación, es un conflicto de la Ciudad con ella misma, porque antes aprobaron la normativa vigente”, concluyó.
El viceministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, también se refirió al tema: “Creo que no podemos todavía, menos con población no vacunada, reducir los distanciamientos”, opinó, y marcó una cuestión de tiempos: “Sabemos perfectamente bien que, sobre todo en espacios cerrados, hay que mantener el distanciamiento, además de la ventilación y otras medidas. Reducir la distancia entre niño y niño y tener uno al lado del otro los pupitres, no estoy seguro que sea adecuado, me parece incluso peligroso. Más con la perspectiva de la posibilidad de vacunación muy cercana”.
Acuña también ratificó que va a ser obligatoria la presencialidad (solo seguirán exceptuados quienes tengan algún riesgo o convivan con alguien que lo tenga). “En el primer cuatrimestre entendíamos que las familias pudieran tener dudas, pero en esta etapa se juega la promoción. Entendiendo que en la Argentina ya debatimos que la educación es un derecho que los adultos les tenemos que garantizar a los niños, es que volvemos a la modalidad habitual donde la educación es obligatoria. Si las familias no garantizan el derecho a la educación enviando a los chicos, esto va a impactar sobre la regularidad”, planteó la ministra, sin mencionar la palabra pandemia.
La secretaria general de UTE-Ctera, Angélica Graciano, analizó que “lo más grave de la medida anunciada es que afirman que no habrá distanciamiento” y aseguró que las aulas “no están en condiciones para albergar 35 chicos y chicas” al mismo tiempo, sin ponerlos en riesgo frente al contagio de coronavirus.
Recordó que “los índices de presentismo fueron muy bajos en el primer cuatrimestre” y repudió la decisión del gobierno porteño de poner ausente a los alumnos que no asistan a clases. “La educación no se trabaja mediante amenazas”, definió.
Fuente: Karina Micheletto para www.pagina12.com.ar