La Editorial de la Universidad Nacional de Río Negro figura entre las que más publican en formatos digitales y acceso abierto. La industria editorial universitaria tiene características particulares: con una participación del 5 % en el mercado del libro, según datos relevados en 2020 por la Cámara Argentina del Libro (CAL), los catálogos están mayormente dedicados a las publicaciones académicas, aunque 30 % de las editoriales publican ficción.
Ahora bien, ¿cuántas de estas publicaciones se encuentran disponibles en formatos digitales y cuántas, además, en acceso abierto?
El estudio «Editoriales universitarias argentinas. Publicación de libros, edición digital y acceso al conocimiento» realizado por Silvina Angelozzi y Judith Disderi, de la Universidad Nacional de Córdoba, permite aproximarse a algunas respuestas.
La investigación se dirigió a 81 universidades que tienen sello editorial. De ellas, respondieron la encuesta –avalada por la Red de Editoriales Universitarias Nacionales (REUN) y la Red de Editoriales de Universidades Privadas (REUP)– 28 nacionales y 14 privadas, lo que constituye el 52?% del universo de los sellos. Las respuestas abren una disparidad propia de un sector que transita en diferentes condiciones: muchas editoriales son jóvenes y se están proyectando mientras que otras tienen muchos años de funcionamiento, grandes catálogos y peso propio. Es importante considerar que el relevamiento se realizó entre 2018 y 2019, por lo que no incluye la realidad activada por la pandemia de COVID-19.
Con datos obtenidos a partir del análisis de los ISBN, el relevamiento indica que el 93?% de las editoriales universitarias han realizado alguna publicación digital: de ellas, el 58?% poseen entre 5 y 10 títulos en catálogo y el 16?%, más de 100.
La encuesta consultó tanto sobre la decisión de publicar en formato digital como sobre la de no hacerlo. Las respuestas a favor destacaron que permite alcanzar nuevos lectores, reducir costos, mejorar la accesibilidad de textos para los estudiantes, implementar políticas de acceso abierto, incursionar las ediciones en múltiples soportes y la convivencia de formatos, responder a demandas poco comerciales, facilitar contenido propio para el uso en clase, entre otros.
En cambio, las respuestas a la pregunta de por qué no publicar en formatos digitales se centraron en la falta de planificación («no se pensó») o de estructura y personal idóneo o capacitado para hacerlo.
El estudio de la universidad cordobesa preguntó por niveles de acuerdo o desacuerdo frente a algunas afirmaciones. Más de la mitad de las respuestas acordaron con la idea de que los libros en acceso abierto mejoran la visibilidad de la editorial de manera global, que docentes y estudiantes usarán cada vez más libros en acceso abierto y que publicar en esa modalidad prolonga la vida del libro cuando se agotó el tiempo de explotación comercial. Del mismo modo, más de la mitad de los sellos consideran que es falso que los libros publicados en acceso abierto perjudiquen la venta en otros formatos y que tengan menos calidad.
La consistencia de la política de acceso abierto por parte de la Editorial UNRN hace que todas las colecciones estén disponibles en formato digital, más allá de mantener la distribución en formato papel.
La tendencia a la digitalización
Más allá de la situación particular de cada editorial universitaria, la tendencia a la publicación de libros en soporte digital va en aumento. En 2010 había menos de 5 universidades con obras digitales en su catálogo, en 2015 eran 19 y en 2019 llegaron a 30. De ellas, 6 tienen alta proporción, 16 baja y 8 intermedia. Dentro de los formatos, el PDF es el más utilizado, seguido por el Epub.
La misma tendencia se observa en el último informe de la CAL, que incluye a toda la industria del libro argentino. Allí da cuenta de que, si bien entre 2012 y 2020 se mantuvo la cantidad total de novedades entre 27.000 y 29.000 al año, en 2018 las novedades digitales fueron 5000 y en 2020, 10.000. Del mismo modo, en 2018 las novedades en papel constituyeron el 81?% del total mientras que el 9?% fue para versiones digitales de publicaciones en papel y 10?% para novedades nativas digitales. En 2020 esos números se modifican a 64?%, 19?% y 18?% respectivamente. Si bien la Cámara propone cautela a la hora de analizar el dato, considerando que 2020 estuvo cruzado por la pandemia, la orientación es relevante y hay que considerarla.
Editorial UNRN en contexto
Las ventajas que tienen las editoriales más jóvenes es que surgieron mientras estas cuestiones ya eran un tema dentro del mundo del libro. En este sentido, Editorial UNRN pensó desde sus comienzos, en 2015, sus políticas de digitalización de manera integral, eligiendo publicar su catálogo en acceso abierto y en formatos digitales. Para ello, adoptó, a partir de los programas de formación de la REUN, los conocimientos y las herramientas para implementar un flujo de trabajo estructurado en lenguaje XML, que posibilita la digitalización de la totalidad del fondo editorial.
El paso siguiente fue suscribir, cumplidos estándares de publicación y calidad, convenios con portales y plataformas como OpenEdition (ciencias sociales y humanas, Francia) y Unebook (libro universitario europeo, España) que garantizan el acceso a través de sí mismos y de la distribución en tiendas y librerías electrónicas de todo el mundo. Además, en el caso de OpenEdition, los libros son accesibles de manera totalmente libre en línea y se comercializan en el resto de los formatos electrónicos. Editorial UNRN fue el primer sello universitario del país en publicar en estos espacios y en breve tendrá una tienda digital propia para comercialización y lectura.
Si bien estos acuerdos alcanzan a los libros de investigación académica, las demás colecciones del catálogo también son accesibles en formato digital a través del propio sitio web de la editorial. La consistencia de la política de acceso abierto por parte de la Editorial UNRN hace que todas las colecciones estén disponibles de ese modo, más allá de mantener la distribución en formato papel.
Los datos de los informes antes mencionados, sin duda deben haberse visto modificados en parte por la pandemia o ser producto de ella, sobre todo considerando la necesaria digitalización de la actividad universitaria y la vida en general. Sin embargo, constituyen un buen insumo para revisar la situación de las editoriales universitarias respecto de la digitalización de las publicaciones, así como de las políticas institucionales que llevan a ello.
Fuente: www.unrn.edu.ar