A medida que se acerca el tiempo de graduarse, empiezan las dudas. ¿Estás preparado para comenzar tu carrera? Acá, encontrarás algunos consejos para la transición entre el aula y tu primer empleo.
Una vez que terminamos la facultad es tiempo de ver la forma de insertarnos en el mercado laboral. Este cambio puede ser difícil y hay que estar preparado. Muchas veces nuestras expectativas exceden la realidad y esto puede desmotivarnos. En este informe, hay una serie de consejos para no sufrir durante este proceso de búsqueda.
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A lo largo de tu desarrollo profesional trabajarás con una gran variedad de individuos: colegas, jefes, clientes. Tal vez ni siquiera sean argentinos, y provengan de distintos países, etnias, culturas, etc. En la universidad uno se acostumbra a trabajar con personas de la misma edad, pero en una oficina probablemente esto no sea así. Encontrarás individuos de distintas edades, desde jóvenes que aún no terminaron su carrera hasta quienes ya están pensando en jubilarse.
Es probable que muchos de tus colegas tengan estudios de postgrado y bastante más experiencia que vos, no sólo a nivel de esta organización, sino en general. Asimismo, las aspiraciones y motivaciones de tu entorno laboral, probablemente sean muy distintas de las que tenía la mayoría de los estudiantes en la universidad.
Uno de los primeros grandes desafíos con los que uno se encuentra en un nuevo trabajo, tiene que ver con lograr una buena relación con todas las nuevas personas involucradas en las tareas diarias. Si vas a realizar una pasantía, vas a tener que aprender a aceptar que una vez que se cumple la fecha de fin, se termina, y que los demás continuarán trabajando allí una vez que te hayas ido.
Las actitudes varían a la hora de afrontar el trabajo. Esto se refleja en sus aspiraciones. Por ejemplo, es probable que los colegas que ya trabajan en la compañía desde hace algunos años y tengan una familia tengan una mirada distinta a la tuya con respecto a los nuevos proyectos, las horas extras y flexibilidad de horarios. Tal vez seas un agente motivador en el equipo de trabajo, o puede que tengas que lograr congeniar e inspirar. Sin importar qué rol ocupes en el equipo, acordate de ser delicado. Escuchá y observá para ver cuál es la mejor manera de ayudar al grupo. Considerá realizar actividades fuera de la oficina con tus compañeros.
La mayoría de las primeras oportunidades laborales que surgen para un recién egresado, suelen ser para llevar a cabo tareas monótonas, y las oportunidades de crecimiento muchas veces son reducidas. Por ello es necesario que seas perseverante y proactivo, de ese modo vas a conseguir alcanzar tus metas.
A medida que comienzas a vincularte con personas diferentes en diversos proyectos, descubrirás que sos capaz de prever problemas y ofrecer soluciones a los jefes. Aunque tal vez no te corresponda, prestá atención a lo que ocurre en la empresa. Es probable que encuentres fallas en la organización para las que puedas sugerir soluciones y destacarte.
Ya sea un trabajo de verano o tu primer gran empleo, pensá en lo que esta experiencia aportará a tu currículum. ¿Cuáles son las aptitudes que podrás incluir en el currículum a partir de esta oportunidad? Si no logras descifrar lo que este empleo aporta a tu desarrollo profesional intenta involucrarte en nuevos emprendimientos. Hablá con tu jefe y explicale qué es lo buscás en la empresa, en lo posible intentá llevar algunos proyectos que te interesen e impresionalo con tu iniciativa.
Fuente: www.theguardian.com | www.universia.com.ar
