Un reciente estudio presentado en el Congreso Anual de la Sociedad Americana de Oncología clínica demostró una reducción del 47% del riesgo de progresión del cáncer de próstata. El tratamiento también probó una baja en el riesgo de muerte. Anualmente, se diagnostican más de 13.700 casos nuevos y mueren más de 3.854 personas por esta causa en nuestro país.
En Argentina, el cáncer de próstata es el más frecuente de todos los tumores que afectan a los hombres con una incidencia de 58,4 casos por cada 100.000 hombres.
Recientemente, un estudio presentado durante el Congreso Anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica sobre cánceres genitourinarios, demostró que aquellos pacientes resistentes a la castración que progresaron en terapia de deprivación androgénica y no recibieron quimioterapia previa, se beneficiaron con el uso de un novedoso tratamiento que puede reducir hasta en un 47% la progresión de la enfermedad.
Según publica el portal Infobae, la investigación comparó la utilización de acetato de abiraterona más prednisona en 1.088 pacientes con cáncer de próstata avanzado resistente a la castración y que no habían recibido quimioterapia.
Además de la significativa reducción de la progresión del tumor, los resultados demostraron una baja estimada del 21% en el riesgo de muerte y la disminución en un 39% del inicio de la quimioterapia. Asimismo, también se logró retrasar el uso de opiáceos para el tratamiento del dolor oncológico.
Este tipo de cáncer es el resultado de la malignización de ciertas células de la próstata. Aunque suele ser una enfermedad de desarrollo lento, algunos tumores de próstata pueden ser muy agresivos y extenderse a otros órganos de manera precoz. El tratamiento de esta patología depende del estadio en el que se la diagnostique, pero las posibilidades terapéuticas incluyen la extirpación quirúrgica de la próstata, el bloqueo hormonal o la radioterapia.
El objetivo primordial del tratamiento del cáncer de próstata metastásico es el bloqueo de la acción de los andrógenos como la testosterona, ya que esto posibilita la regresión del tumor, cuyo desarrollo es estimulado por esta hormona.
Pero muchos pacientes que responden inicialmente a tratamientos que bloquean la producción de testosterona, con el tiempo vuelven a producirla, lo que reactiva la enfermedad.
Hasta la aprobación del acetato de abiraterona, se recurría a la quimioterapia para tratar aquellos casos en los que la enfermedad se convertía en resistente a la castración.
El acetato de abiraterona fue aprobado en más de 65 países y se utilizó en más de 50 mil hombres de todo el mundo siendo, hasta el momento, el único tratamiento aprobado que inhibe la producción de andrógenos.
Fuente: www.universia.com.ar