sábado, mayo 18, 2024
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Lucha contra el cambio climático

El cambio climático está generando un aumento en las temperaturas y en la frecuencia e intensidad de los eventos climáticos extremos como olas de calor, sequías, inundaciones, deslizamientos de tierra y tormentas tropicales a un ritmo sin precedentes en América Latina y el Caribe. Estos cambios en el clima están generando impactos socioeconómicos devastadores en la región. La educación tiene un rol protagónico que jugar a la hora de apoyar en los esfuerzos de descarbonizar y aumentar la resiliencia al cambio climático. 

Conoce nuestra publicación Educación y cambio climático. ¿Cómo desarrollar habilidades para la acción climática en la edad escolar?. Descárgala aquí.

A continuación, un repaso sobre cómo la educación ambiental puede protagonizar el cambio y acciones concretas para conseguirlo. 

Los tres roles de la educación para enfrentar el cambio climático 

En el 2015, para evitar aumentos de temperatura aún más peligrosos, se adoptó el Acuerdo de París sobre Cambio Climático en el que los países se comprometen a implementar estrategias para descarbonizar sus economías y disminuir la emisión de gases de efecto invernadero con la meta de mantener el aumento de la temperatura por debajo de los 1.5°C en comparación con niveles preindustriales. Al mismo tiempo, los países identificaron estrategias para aumentar la resiliencia a las consecuencias del cambio climático en las personas, comunidades y sus economías.     

En esta línea, ¿por qué debemos hablar de educación cuando hablamos de cambio climático? ¿Cuál es el rol de la educación para descarbonizar y aumentar la resiliencia al cambio climático?    

A primera vista pareciera que estos dos temas no están relacionados. Al pensar en cambio climático, se vienen a la mente temas como energías renovables, economía circular, agricultura sustentable y resiliencia a los desastres climáticos.  

Sin embargo, el nexo entre los dos es claro, no solo porque los centros educativos pueden hacer más para reducir su huella de carbono sino porque el cambio climático es un factor que amenaza la continuidad de los aprendizajes. 

Por ejemplo, en el 2021 los huracanes y tormentas tropicales Eta y Iota dañaron o destruyeron casi 1000 escuelas en Honduras y Guatemala. Estos eventos climáticos provocaron que se debieran usar casi 700 centros educativos como albergues. En tanto, el huracán Mathew, en el 2016, dañó más de 300 escuelas en Haití y provocó que más de 100.000 estudiantes perdieran aprendizajes por culpa de los daños y el uso de las escuelas como albergues.  En estas circunstancias, y debido la baja incorporación tecnológica, los sistemas educativos tampoco han sido capaces de implementar métodos alternativos de enseñanza de calidad que permitan continuar con la provisión del servicio frente a estas emergencias.   

La educación juega tres roles principales para acompañar y agregar valor a la agenda de los países de descarbonización y resiliencia al cambio climático:   

  1. Educar en ciudadanía verde: La educación desarrolla habilidades claves durante la edad escolar para equipar a los niños y jóvenes con los conocimientos, valores y capacidad de acción en favor del medioambiente, lo que llamamos ciudadanía verde. Durante la edad escolar, los jóvenes también adquieren habilidades que les permite acceder y tener éxito en los trabajos relacionados con la descarbonización de la economía, como la energía solar, el transporte eléctrico, la economía circular.   
  2. Resiliencia para evitar discontinuar los aprendizajes: Los sistemas educativos deben ser resilientes y poder seguir operando ante eventos climáticos extremos y minimizar las disrupciones al aprendizaje. Aquí es clave contar con escuelas que sigan en pie frente a vientos fuertes o que se ubiquen en lugares que no sufran inundaciones frecuentes. Adicionalmente, sistemas de educación a distancia bien desarrollados permiten a los niños y jóvenes seguir estudiando durante estas emergencias hasta poder regresar a las salas de clases.    
  3. Servicio educativo sostenible: Es fundamental implementar prácticas de sostenibilidad climática en la infraestructura escolar y la operación del servicio educativo para aportar a las metas de descarbonización. Estas estrategias incluyen la construcción de escuelas que minimizan el uso de energía o agua, el transporte escolar eléctrico, huertas escolares para cultivar alimentos de los comedores escolares, entre otras.   

12 acciones para luchar contra el cambio climático desde los sistemas educativos 

¿Cómo logramos desarrollar ciudadanía verde en la edad escolar?   

1. Reformando los currículos nacionales y planes de estudios para incorporar a lo largo de todo el ciclo escolar el desarrollo de conocimientos sobre el medioambiente, la biodiversidad y el cambio climático; la valoración y respeto de la naturaleza, medioambiente y biodiversidad; y comportamientos a favor del medioambiente. Esto incluye fomentar programas extracurriculares que permitan a los estudiantes complementar y contextualizar la educación para el cambio climático. 

2. Expandiendo la oferta de programas de educación técnico-profesional y superior que desarrollan habilidades para trabajos verdes, en coordinación con las estrategias de crecimiento y descarbonización de los países, el sector productivo y los sistemas de capacitación laboral.  

3. Capacitando a los docentes para que cuenten con los conocimientos y habilidades para impartir educación para el cambio climático, con prácticas pedagógicas efectivas, basadas en proyectos y la resolución de problemas, que fomenten el aprendizaje a lo largo de la vida.  

4. Desarrollando y adaptando instrumentos de medición de habilidades para una ciudadanía verde que permitan monitorear el aprendizaje de los estudiantes e informar políticas de educación para el cambio climático. 

¿Cómo podemos aumentar la resiliencia de los sistemas educativos?   

5. Incluyendo en el diseño, construcción y operación de las escuelas estrategias de resiliencia a las principales amenazas climáticas. Por ejemplo, ante la amenaza de sequias, instalando sistemas de recolección y tratamiento de aguas de lluvia o ante el aumento de temperaturas, garantizando ventilación natural cruzada o medidas de protección solar.   

6. Contando con planes de emergencia para alistar al sistema educativo ante eventualidades climáticas. Esto puede incluir la implementación temporal de modelos de educación a distancia para dar continuidad al servicio educativo durante emergencias climáticas hasta que el regreso a la sala de clase sea posible.  

7. Aumentando el apoyo socioemocional a los estudiantes antes, durante y después de los eventos climáticos extremos en complemento con los esfuerzos del sector salud.  

En tercer lugar, los edificios escolares y el servicio educativo pueden ser parte de la agenda de descarbonización. ¿Cómo logramos la sostenibilidad climática en los edificios educativos y en la provisión del servicio educativo?  

8. Incorporando estrategias de sostenibilidad climática en el diseño, la construcción y el uso de la infraestructura escolar. Por ejemplo, usando paneles solares o luces LED para ahorrar energía, grifos de cierre automático en los baños para ahorrar agua o utilizando materiales de construcción con bajo impacto energético y ambiental (materiales locales, reciclados y/o producidos con un menor uso de energía).  

9. Expandiendo el uso de la tecnología y sistemas digitales de gestión educativa con el objetivo de reducir el transporte de las personas y uso de papel para realizar trámites educativos y gestión de los recursos. O fomentando la educación a distancia para ciertas modalidades educativas (modalidades de educación flexible secundaria, formación docente, tutorías remotas) que permiten disminuir el traslado de los estudiantes y docentes y reducir así emisiones GEI.   

10. Asegurando que los dispositivos electrónicos tengan certificación de bajo consumo energético y que su embalaje, reciclaje y disposición final sean amigables con el medioambiente.  

11. Disminuyendo el impacto ambiental del transporte a la escuela mediante el uso de transporte público y transportes escolares eléctricos   

12. Disminuyendo el impacto ambiental de los programas de alimentación escolar por ejemplo al usar  productos locales y cultivados de manera sostenible, así como al promover el uso de frutas y verduras de huertas escolares.  

Para conocer más acciones y detalles sobre cómo avanzar en una agenda verde en los centros educativos y protagonizar la lucha contra el cambio climático desde la educación, te invitamos a revisar la nueva publicación “Educación y cambio climático. ¿Cómo desarrollar acciones para la acción climática en la edad escolar?” 

También te puede interesar: ¿Cómo podemos ayudar a los jóvenes a desarrollar habilidades para ser agentes de cambio?

¿Cuántas de estas acciones ya se implementan en los sistemas educativos de tu país? ¿Se te ocurre alguna acción adicional para que agreguemos a nuestra lista, para promover el cuidado del medio ambiente y contrarrestar el cambio climático desde los sistemas educativos?  ¡Déjanos tu comentario!    

  

Fuente: María Soledad Bos para BID – Banco Interamericano de Desarrollo – IADB.org

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