El existencialismo es una de las corrientes filosóficas que más han influido en el pensamiento contemporáneo y de la historia de la Psicología. A causa de su influencia, por ejemplo, apareció la Psicología Humanista de Abraham Maslow y Carl Rogers, entre otros, autores que enfatizaban mucho la importancia de los aspectos subjetivos de la consciencia.
Ahora bien, para entender qué es el existencialismo no es suficiente conocer la huella que dejó en una parte de la Psicología. Es preferible conocer sus fundamentos, entre los que se encuentra la teoría existencialista de Albert Camus. A continuación veremos los aspectos principales de la filosofía de este autor.
¿Quién fue Albert Camus?
Camus nació en la Argelia francesa en el año 1913. A causa del fallecimiento de su padre en la Primera Guerra Mundial, se crió con su madre en un ambiente de gran pobreza y precariedad.
Al llegar a la adultez temprana estudió filosofía en la Universidad de Argel, y más adelante, con 25 años, se trasladó a París, lugar en el que se implicó en movimientos políticos y empezó a militar en el Partido Comunista Francés. Poco después fue expulsado del mismo a causa de sus discrepancias sobre los objetivos perseguidos en la acción política. Durante la Segunda Guerra Mundial participó activamente en la prensa clandestina y escribió parte de las obras que le hicieron famoso.
Un tiempo después de que desapareciese el conflicto armado, en el 1957, recibió el premio Nobel de Literatura. Murió en un accidente de coche con 46 años.
Los intereses filosóficos de Camus fueron un reflejo de la época convulsa en la que vivió. Por un lado, los graves conflictos armados ponían en duda la idea de progreso causado por los avances tecnológicos, y por el otro los grandes movimientos ideológicos parecían evidenciar que se había perdido un marco de referencia común. El ser humano había perdido un vector, una dirección hacia la que moverse para llegar a alcanzar metas perseguidas por todos e inequívocamente positivas.
El existencialismo explora este sentimiento de desorientación, tal y como veremos en las principales características de la teoría de Albert Camus.
1. La sensación subjetiva de sentido
Albert Camus empieza reconociendo que los seres humanos, de manera espontánea, desarrollan un sentimiento de propósito muy fuerte, ligado a su propia identidad. Dicho de otro modo, interiorizamos la idea de que la vida tiene sentido, sin que nadie tenga que educarnos en esa dirección. A su vez, tal y como veremos, esto nos mete en problemas sin apenas saber por qué, sin advertir que desde el principio hemos caído en una trampa.
2. La ausencia del sentido de la vida
A su vez, otro de los principales componentes de la teoría existencialista de Albert Camus es el principio de que la vida, en realidad, no tiene sentido. Es una conclusión a la que el filósofo llega simplemente examinando los argumentos a favor de un sentido de la vida, y sin encontrar un solo motivo por el que este deba existir.
A su vez, todos los hallazgos científicos recientes empezaban a explicar cada vez más parcelas de conocimiento veladas hasta ese momento, con lo cual no se necesitaba la figura de un dios que pudiese dar sentido a la humanidad. Camus pensó que somos enteramente humanos, y como tales estamos solos.
3. La contradicción de la vida
Los dos elementos anteriores insinúan una contradicción en el seno de nuestra existencia. Creemos que nuestras vidas tienen sentido, pero esto es falso, y cuando la realidad nos da señales de esto, nos frustramos, lo percibimos como un atentado a nuestra identidad y aparece una crisis existencial que genera mucho malestar.
Así pues, para Camus, llegar a vivir de un modo deseable implica superar esta contradicción, mirar más allá de esta y aceptar esa tensión que causa el vacío de sentido.
4. Asumiendo el no-sentido
¿Cómo llegar a vivir bien? La solución está en asumir la ausencia de un sentido construido desde fuera y construirlo uno mismo. Esta es la idea revolucionaría que heredaron muchos pensadores interesados en la auto-realización. Si la ausencia de un sentido de la vida puede resultar sofocante, al menos es un indicador de que gozamos de libertad para asignar un significado totalmente original y propio a todo lo que hacemos.
De este modo, desde el existencialismo de Albert Camus cada persona tiene la responsabilidad de trazar su propia historia. Independientemente de los hechos objetivos que le ocurran, es uno quien interpreta su trayectoria vital de acuerdo a la narración que haya construido acerca de esta.
Fuente: Arturo Torres para https://psicologiaymente.com/