A través del Ministerio del Interior, investigadores de universidades nacionales trabajan para ofrecer soluciones a problemas concretos en distritos municipales de todo el país, en áreas como recolección de residuos, administración tributaria o información catastral.
Algoritmos matemáticos para optimizar los recorridos de los recolectores de basura. Programas informáticos para mejorar la administración tributaria. Sistemas para digitalizar la información catastral y poder planificar el desarrollo urbano. Son sólo algunos ejemplos de los trabajos que las universidades nacionales realizan con diferentes municipios. “Se trata simplemente de poner el conocimiento que estaba en la universidad en relación con problemas concretos de la sociedad”, dijo a este diario Ignacio Lamothe, secretario de Asuntos Municipales del Ministerio del Interior, que coordina distintas líneas de acción entre las casas de estudios y las realidades locales.
“La producción de conocimiento muchas veces quedaba dentro de las universidades sin correlato con necesidades sociales reales”, dijo Lamothe, en diálogo con Página/12. Desde su área en la cartera de Interior y Transporte, consideraron que investigaciones que se desarrollan en las ciencias duras como matemática, computación e ingeniería pueden ser útiles para afrontar necesidades concretas que tienen distintos municipios a la hora de planificar, desarrollar obras de infraestructura y hasta incorporar tecnologías informáticas.
Un caso emblemático, aseguró Lamothe, es el de recolección de residuos, donde la carrera de Matemática de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, en conjunto con la de Ingeniería en Sistemas, firmó un convenio para estudiar los recorridos de los camiones de basura. Esta iniciativa se trabaja actualmente en Concordia, Bariloche, Salta y San Miguel de Tucumán. En función de algoritmos matemáticos y programas de computación se reorganizaron los recorridos y se los rediseñó con el objetivo de bajar el costo del material rodante, del combustible, la contaminación sonora y ambiental y llegar a lugares donde no se llegaba. Guillermo Durán es uno de los integrantes del grupo de optimización de Exactas de la UBA. “Trabajamos en proyectos aplicados en resolución de problemas reales”, explica y añade: “Aplicamos las técnicas a distintos problemas”. En 2008, junto al grupo de investigadores que integra probó en la ciudad de Buenos Aires un estudio sobre el problema de la recolección de basura, sobre todo en la zona sur, la única zona que se maneja de manera autónoma. “Mostrábamos ahorros importantes potenciales y mostrábamos cómo recorrer los contenedores de manera óptima”, señaló. Con el gobierno porteño el estudio no prosperó más que como investigación y nunca se implementó, pero con esa experiencia, Durán y equipo se contactaron con Morón y llevaron adelante un convenio concreto con la facultad para utilizarlo. En ese caso no fue para la recolección usual, sino para los reciclables, que se retiran una vez por semana. “El ahorro no se mide tanto en plata como en calidad de servicio. No se llegaba a recorrer todo el municipio. Ahora se llega a todos lados”, puntualizó.
Entonces Lamothe propuso extender la experiencia a distintos puntos del país. “No se busca replicar, porque los problemas pueden ser distintos, incluso en términos matemáticos”, explicó Durán, quien afirmó que se encuentran ahora abocados a la tarea de desarrollar la investigación para resolverlos. “No nos interesa lo que haría una consultora, replicar un modelo, ése no es el rol de la universidad. Nos metemos cuando hay potencial para desarrollar investigación detrás”, remarcó.
Desde la Secretaría de Asuntos Municipales se recogen las necesidades más recurrentes. Después, buscan dónde hay producción de conocimiento acumulada que se relacione con esas demandas. La idea, dijo Lamothe, es no usar diseños importados, sino respetar los formas de trabajo de cada ciudad y proponer sistemas nuevos. Para esa tarea trabajan en coordinación con el Ministerio de Educación de la Nación, luego se contactan con las autoridades de las instituciones y se lleva adelante la firma de los convenios. Pero el trabajo no es fácil. Muchas veces les cuesta conseguir información o los datos están desactualizados o desde las municipalidades piensan que es material privado o confidencial, aseguraron los investigadores.
Otro ejemplo es la aplicación del conocimiento producido en las universidades al análisis de la recaudación tributaria. Es el caso del trabajo que lleva adelante Alejandro López Accotto, de la Universidad de General Sarmiento (UNGS), con un equipo que releva partidos y departamentos de distintas provincias para llevar adelante un estudio nacional de la estructura fiscal municipal. “El estudio dará como producto una publicación que va a contar el resultado de este relevamiento para conocer, diseñar e implementar políticas que ayuden a una mejor recaudación de los municipios, con mejores instrumentos y mejores técnicas”, contó a este diario.
La Universidad Nacional de Villa María lleva a cabo un Programa de Fortalecimiento de la Gestión Tributaria Municipal que incluye la implementación de sistemas informáticos para optimizar la administración tributaria y mejorar los índices de cobrabilidad de tasas municipales en el mediano plazo. Bariloche, Campo Largo y Concordia fueron los primeros distritos en participar de la propuesta.
En tanto, la UNGS también lleva adelante un proyecto de digitalización de catastros para que los municipios tengan una herramienta útil para la planificación que les permita identificar, registrar y georreferenciar los inmuebles ubicados en el municipio. En esa línea ya se realizó una capacitación para Bariloche, Cañada de Gómez, San Antonio de Areco, Campo Largo y San Luis. “Ahí –concluyó Lamothe–, las universidades, sobre todo las carreras de Arquitectura y urbanismo, nos pueden ayudar en la intervención y en el diseño legal para que sea el Estado municipal el que lidere el proceso y no los mercados inmobiliarios.”
Fuente: Aldana Vales para www.pagina12.com.ar