Fernando Pessoa (Lisboa, 1888–ibídem, 1935) fue un escritor portugués, especialmente reconocido por sus heterónimos: Alberto Caeiro, Alexander Search, Álvaro de Campos, Bernardo Soares y Ricardo Reis. Su extensa obra se vio quebrada con su prematura muerte a los 47 años de edad. En su acepción literaria, heterónimo es el nombre falso adoptado por un autor para atribuirle parte de su producción. En oposición, al autor real se le denomina ortónimo. Así, por ejemplo, Juan de Mairena es un heterónimo de Antonio Machado, aunque el poeta español prefería denominarlo «apócrifo». Como autor ficticio o pseudoautor, el heterónimo es también personaje. En la literatura occidental del siglo XX, quizá sea el portuguésFernando Pessoa quien más desarrolló este recurso literario llegando a crear 70 heterónimos, algunos de ellos mujeres.
En las frases del Libro del desasosiego descubrimos a uno de los poetas más grandes de todos los tiempos: Fernando Pessoa. Cada afirmación es al mismo tiempo una caricia y un golpe. Así es este texto: bello y doloroso.
Las frases del Libro del desasosiego son fragmentos de una verdadera obra maestra. A este maravilloso texto se le considera el mejor de los libros en prosa de Fernando Pessoa. Fue escrito durante 22 años y en realidad se trata de una compilación de reflexiones.
En esta obra hay divagaciones sobre todo tipo de temas cotidianos. También algunos fragmentos del diario de Pessoa, así como aforismos y reflexiones cortas. Las frases del libro del desasosiego son, sin duda alguna, varias de las mejor logradas del gran poeta portugués.
“A mí, cuando veo un muerto, la muerte me parece una partida. El cadáver me da la impresión de un traje abandonado. Alguien se fue y no necesitó llevar aquel traje único que había vestido”.
La edición de este libro, que parece definitiva, fue hecha solamente hasta 2010. Antes habían aparecido otras ediciones, pero incluían frases del Libro del desasosiego que no eran realmente de Fernando Pessoa. Por eso se hizo una depuración. Algunas de las afirmaciones más bellas son las siguientes. -Fernando Pessoa-
Buscar a ciegas…
Muchas de las frases del Libro del desasosiego enfatizan el sinsentido de la vida y lo absurdo de la existencia. Esta, por ejemplo, refleja esa postura claramente: “Soy como alguien que busca a ciegas, sin saber dónde ocultaron el objeto que no le dijeron qué es. Jugamos a las escondidas con nadie”.
Pessoa nos dice allí que los seres humanos vivimos girando en torno a la nada. No tenemos idea de cuál es nuestro propósito y mucho menos de cómo llegaremos a lograrlo. Eludimos a los demás, que a su vez están en las mismas condiciones de nosotros. Para el poeta, este es el juego de la vida.
Una de las frases del Libro del desasosiego sobre los fantasmas
Esta es una profunda y bella reflexión de Fernando Pessoa. Dice: “Pasar de los fantasmas de la fe a los espectros de la razón no es más que ser cambiado de celda”. Con esta afirmación, el poeta se aparta de los dos grandes ejes del pensamiento occidental: fe y razón.
Como se sabe, durante siglos, estos dos ámbitos se han disputado el reino del pensamiento. La fe negando la razón y la razón negando la fe. Pessoa los define a los dos como imaginarios, pero también como cárceles. Tanto el uno como el otro limitan la perspectiva y confinan el pensamiento a una parcela excluyente.
Todo es imperfecto
La perfección es uno de los conceptos más abstractos e idealistas que existen. Un fruto mental, que no corresponde a ninguna realidad. Para completar, el ser humano la anhela, pero al mismo tiempo la hace imposible debido a la eterna inconformidad que nos habita.
En razón a lo anterior, una de las frases del Libro del desasosiego dice: “Pero imperfecto es todo y no hay ocaso tan bello que no pudiera serlo un poco más, ni suave brisa adormecedora que no pudiese producirnos un sueño más calmo todavía”. Enfatiza en esa valoración que lo que el ser humano hace de la realidad nunca es suficiente.
La belleza de lo inútil
Esta es una hermosa reflexión de Pessoa, que dice así: “¿Por qué es tan bello el arte? Porque es inútil. ¿Por qué es tan fea la vida? Porque en ella todo son fines y propósitos. Todos sus caminos conducen de un punto hasta otro punto. ¡Ojalá hubiera un camino hecho en un lugar al que nadie va!”.
El arte carece de un sentido práctico. Tiene valor por lo que es, no por la utilidad que pueda prestar. Nadie necesita a Las Meninas para vivir, pero engrandece su existencia al contemplar la pintura. El mundo sigue girando exista o no exista la Torre Eiffel, pero el planeta se hace sublime porque está ahí.
En la vida ordinaria ocurre lo contrario. Las cosas, e incluso las personas, adquieren valor por el beneficio que presten o dejen de prestar. También los seres humanos vamos solo tras aquello que nos represente alguna utilidad. En esas condiciones, en la vida se renuncia a lo grandioso y lo sublime. Eso es lo que cuestiona Pessoa en esa afirmación.
El huérfano de fortuna
Buena parte del Libro del desasosiego es la autobiografía de Fernando Pessoa, pese a que él lo firmó con el seudónimo de Bernardo Soares. Por eso, en el texto se encuentran conmovedoras confesiones que hablan de soledad y de desamparo.
Uno de esos pasajes íntimos dice: “Siempre fue mi deseo resultar agradable a los demás y mucho me ha dolido que siempre me fueran indiferentes. Huérfano de fortuna, tengo, como todos los huérfanos, necesidad de ser objeto de afecto por parte de alguien”.
A lo largo de todo el libro, Pessoa se define a sí mismo como alguien fracasado, que no le encuentra ningún sentido a su existencia. Es un huérfano de la fortuna porque ha perdido incluso el deseo de ser feliz. Aún así, en la anterior afirmación declara que el amor puede ser ese bálsamo que compense la ausencia de logros y la negación de un destino dichoso.
Fernando Pessoa es uno de los más importantes poetas de todos los tiempos. El Libro del desasosiego nos muestra la complejidad de sus sentimientos y la agudeza de sus reflexiones. Cada frase en él es un pequeño poema listo a ser descubierto por la mente de un lector sensible.
Fuente: lamenteesmaravillosa