La investigadora Carina Kaplan, quien acaba de publicar el libro «La afectividad en la escuela» (Editorial Paidós), fue entrevistada en el programa «Ahora o nunca: el espacio de la educación» por radio Cooperativa (AM770). Esa necesidad se intensificó a raíz de las consecuencias no deseadas de la pandemia del coronavirus, entre 2020 y 2021.
–Hay una de repensar la categoría de afectividad en el sentido de que venimos de una pandemia que ha dejado en exposición mucho sufrimiento social de los niños, jóvenes y estudiantes que asisten a la escuela.
–La escuela tiene que transformarse en un refugio simbólico, donde las infancias y juventudes tienen sufrimiento en sus hogares, hay que abogar para que la escuela sea un lugar distinto y hospitalario.
–La escuela es una institución que pueden brindar recursos afectivos, sobre todo en la figura de los adultos significativos, un docente, un director de escuela, le devuelve una mirada de reconocimiento, van construyendo formas de autoestima.
–La escuela se puede constituir en una institución que puede ayudar a reparar las heridas sociales.
–Los docentes han hecho mucho esfuerzo durante el encierro, está complicada la vuelta a la presencialidad porque hace falta revincular.
–La mayoría de los docentes se han puesto al hombro esta situación y, también, hay que invitarlos a seguir enseñando a la vez que ayudando a educar la sensibilidad por el sufrimiento.
–Los jóvenes han sufrido mucho esta pandemia, nosotros hacemos investigaciones en el nivel secundario, hemos observado ciertos sentiemientos de soledad, ciertas prácticas que tienen que ver con “violencia contra el propio cuerpo como dolor social”, son manisfetaciones extremas como intentos de suicidio o auto lesiones.
–Cuando los jóvenes sufren mucho y no pueden expresarlo, lo hacen a través de estos cortes de piel o intento de suicidio, lo que hay que hacer es trabajar desde la escuela para que se sientan acompañados.
–He estado en varias provincias que están intentando acompañar a estos estudiantes de múltiples formas, y en esta experiencia traumática que nos tocó vivir, es importante sacar a la luz aquellos saberes y aprendizajes.
–Habíamos aplicado una encuesta a 2206 estudiantes durante el confinamiento y decían que necesitaban el encuentro con los compañeros, es importante para los chicos niños hacerse amigos en la escuela.
–También extrañaban los vínculos con sus profesores, los preceptores, la comunidad de adultos, representan para ellos un sostén para ese recorrido.
–Nos preguntamos cómo estábamos haciendo para que el tránsito por la escuela deje huellas y no heridas.
–Poder educar para ponerse en los zapatos y en la piel de otro, educar para una sociedad que tenga mayor reciprocidad.
–Los chicos aprenden si se sienten cuidados y protegidos, la afectividad implica un horizonte de justicia afectiva.
–Estamos próximos a aplicar una encuesta a jóvenes estudiantes de escuela secundaria para ver cómo están vivenciando este tiempo, así como realizamos la encuesta en confinamiento nos interesa seguir pensando cómo tramitan este tiempo.
–Los temas que abordamos con la afectividad, significan lo mismo entre los que están en el sistema privado como los que están en establecimientos estatales.
–En los sectores populares, tienen menos recursos, no solo económicos, también de tiempo; otras posibilidades que hacen que tengan que salir a trabajar, ayudar a sus hermanos en vez de ocuparse de su vida de niños en la escuela, etc.
La charla íntegra que mantuvo con el periodista Horacio Finoli, puede escucharse acá:
Fuente: www.ahoraeducacion.com
