Crece la carrera de Ciencias Ambientales

carrera-Ciencias-AmbientalesLa licenciatura en Ciencias Ambientales surgió en 2003 para dar respuestas a las crecientes problemáticas ambientales, con una visión que integra el uso de los recursos naturales, la producción y las dimensiones sociales y económicas asociadas. Hoy recibe tantos alumnos como Agronomía.

Este año la Licenciatura en Ciencias Ambientales de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) cumple 10 años de vida. Con pocos antecedentes en la Argentina, surgió en 2003 para dar respuestas a las problemáticas ambientales, con una formación que incorpora los recursos naturales, la producción y las dimensiones sociales y económicas asociadas. Hoy recibe tantos alumnos como la carrera de Agronomía y la matrícula sigue creciendo, al tiempo que cuenta con más de 40 graduados que ya trabajan en ámbitos diversos, públicos y privados.

“Existen carreras primas, como las ingenierías en recursos naturales, pero aún hoy sigue habiendo muy pocas licenciaturas en Ciencias Ambientales en el país”, dijo José Paruelo, director de la carrera de la FAUBA e investigador principal del CONICET.

“Aproximadamente el 30% de nuestros graduados se dedica a la investigación, ha conseguidos becas de CONICET o del FONCyT (Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica) y está haciendo sus trabajos de maestría y doctorado. Otros graduados trabajan en organismos públicos como el INTA, ministerios y secretarias nacionales, en empresas y en ONG´s”, detalló.

Según su director, la Licenciatura en Ciencias Ambientales de la FAUBA surgió por la necesidad de dar respuestas a las problemáticas ambientales, que son cada vez más importantes y que muchas veces están vinculadas a la producción agropecuaria: “Pensamos que hay un límite muy sutil entre los problemas de producción y ambientales asociados a la agricultura, en un sentido amplio, que no sólo abarca a los cultivos anuales. Muchas veces tenemos que tratar un mismo problema, aunque desde una óptica distinta. Por eso pensamos formar un perfil diferenciado del ingeniero agrónomo, aunque muy relacionado”.

“Una de las riquezas de la licenciatura radica en el hecho de estar en la Facultad de Agronomía, porque aporta a las problemáticas ambientales una perspectiva mas amplia, que incorpora la producción, el uso de los recursos naturales y, por supuesto, las dimensiones sociales y económicas asociadas a los problemas ambientales”, apuntó.

Y añadió: “Estamos formando un profesional que sea capaz de identificar los problemas, demenuzarlos y entenderlos, y para eso se requieren marcos conceptuales sólidos y herramientas sofisticadas que permitan ir a la médula del problema, se trate de la agricultura y la expansión de la soja o de los residuos sólidos urbanos, y que esté de condiciones de plantear alternativas”.

Mayor integración y diversidad

Una de las características de la Licenciatura en Ciencias Ambientales es que comparte un tramo de la carrera junto con Agronomía, con materias comunes que van desde el CBC (Ciclo Básico Común) hasta los primeros dos años de la cursada.

Al respecto, Paruelo afirmó: “Pensamos que es muy importante que quienes van a ser Ingenieros Agrónomos, licenciados en Ciencias Ambientales o en Administración Agraria compartan los cursos. Eso no sólo genera un debate, sino un conocimiento y una relación entre personas que a veces se las presentan como si estuvieran en diferentes lados del mostrador, lo cual no es cierto. Ya sea por la discusión que se da en clase o porque se genera un lenguaje común a partir de cual la comunicación fluye, los estudiantes de ambas carreras entienden lo mismo en torno de cómo es el proceso de producción de un cultivo o de cría del ganado, y de preservación de la biodiversidad”.

Esta es una de las razones por las cuales se considera que la nueva carrera se amplió la diversidad en la facultad, en cuanto al perfil de los estudiantes y a los temas que se tratan: “Ha aumentado mucho la diversidad en los cursos. El grupo de estudiantes es más diverso porque aparecen otros intereses y visiones que no miran sólo el componente biofísico de la problemática ambiental, sino también los aspectos sociales, que es una de las dimensiones a considerar. Eso hace mas rico el ámbito de estudio”, dijo Paruelo.

Desde su creación, la carrera evolucionando: “Tuvimos un cambio en el plan de estudios en 2008 y continuamente estamos incorporando características novedosas, como por ejemplo que muchos de los cursos no están asociados a una cátedra, como sucede tradicionalmente, sino que son dictados por varias cátedras y son transversales a diferentes saberes. Los docentes venimos de distintas áreas del conocimiento, desde la ecología, la economía y las ciencias sociales, por ejemplo”.

“También hacemos cursos paralelos: Un mismo tema o conjunto de saberes lo puede presentar un docente desde una formación, como por ejemplo las ciencias del suelo, u otra, como la ecología vegetal. Esos cursos comparten contenidos pero tienen enfoques distintos y no compiten, sino que se complementan en cuanto a la formación. Los estudiantes pueden elegir cursar uno u otro en función de sus intereses”, finalizó.

Fuente: www.agro.uba.ar

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