En los últimos meses vivimos un tsunami. Se abrió la compuerta y ChatGPT se comió el mundo. Pero esto recién comienza. Estamos viviendo el inicio, las primera horas de la próxima gran revolución tecnológica que va a cambiar todo. Como la electricidad, como Internet.
Desde el punto de vista de los inversores esto va a generar cambios tectónicos. Colosos hasta ahora indestructibles se van a caer como castillos de arena y pequeñas empresas hoy insignificantes se van a transformar en gigantes globales.
Amazon, Google, Facebook (¿se acuerdan, esa empresa que es dueña de Instagram y ahora se llama Meta?) son hijos de Internet. ¿Cuáles van a ser los hijos de la Revolución de la IA?
¿Conviene invertir en los grandes jugadores, Meta, Microsoft, Nvidia, Tesla, Google, etc. -y en cuáles- o conviene invertir en las pequeñas empresas que están haciendo las cosas a la velocidad de la luz -y en cuáles-?
¿Conviene invertir en las empresas que generan IA o en las que consumen IA? ¿En cuáles?
¿Qué implicancias macroeconómicas y geopolíticas va a tener esta revolución? ¿Volvemos a una fiesta de crecimiento global sin inflación como en los 90s, con Clinton tocando el saxo y el precio de los activos subiendo 10 veces en una década o vamos a un futuro distópico con miles de millones de personas sin trabajo y conflictos sociales? ¿O ambas?
En el Club de Inversores de Baikal nos dedicamos a pensar el impacto económico de los cambios tecnológicos, ahora más intensamente enfocados en esta revolución que comienza.
Son reuniones por Zoom, que luego pueden ver por video, desde cualquier lugar del mundo.
