En Corea del Sur, el Parlamento aprobó una ley que prohíbe a los estudiantes usar teléfonos móviles y otros dispositivos inteligentes durante las clases. La medida busca proteger el derecho a aprender y fortalecer la autoridad de los docentes, ya que el uso excesivo de la tecnología en el aula puede distraer y afectar el rendimiento escolar. Esta norma entrará en vigor en marzo del próximo año y forma parte de un esfuerzo por equilibrar la educación con un uso responsable de la tecnología.
La ley establece que los dispositivos solo podrán usarse con fines educativos, en casos de emergencia o como apoyo para alumnos con discapacidad o necesidades especiales. Además, los directores y profesores tendrán la facultad de restringir la posesión y el uso de estos aparatos dentro del recinto escolar, incluso fuera del horario de clases, si consideran que interfieren en el proceso de enseñanza. Esto les otorga mayor control para mantener un ambiente de aprendizaje más enfocado.
Otro aspecto importante es que la reforma incluye formación sobre el uso responsable de los dispositivos digitales en el currículo escolar. La intención es prevenir la adicción tecnológica y fomentar hábitos saludables en los estudiantes. Esta decisión refleja una tendencia mundial: según la Unesco, a inicios de 2025 ya son 79 los países que aplican restricciones al uso de móviles en escuelas, lo que muestra una creciente preocupación global por los efectos de la tecnología en la educación.
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