Ya te hemos contado sobre lo caro que es tener un hijo. Casi se podría decir que es un lujo que deberías pensar profundamente y a conciencia antes de decidir tenerlo. Un hijo es algo que podrías considerar como un porcentaje del egreso familiar. Parte de ese egreso que se destina a la educación. Sin embargo, aquí te presentaremos 3 razones por las que no vale la pena pagar una escuela privada y mejor ahorrar hasta el 25% del ingreso familiar que se destina a ese rubro.
Por supuesto, aquí hacemos referencia a la educación básica y hasta la preparatoria, no a la educación universitaria.
Puede existir la idea de que las escuelas privadas, sobre todo en educación básica, son mejores que las públicas, porque estas últimas suelen tener muchos problemas. Sin embargo, esto no necesariamente es así.
Si bien es cierto que las escuelas privadas tienen mejores resultados en las pruebas de desempeño, también hay que considerar que el entorno familiar de donde viene estos niños tiene mayor nivel económico y educativo.
Si se tomara en cuenta esta variable contextual para evaluar el desempeño de las escuelas privadas, se diría una historia diferente. Sería algo así como la vieja pregunta sobre el huevo y la gallina: ¿qué fue primero, la calidad educativa de las escuelas privadas o el hecho de que los niños que asisten a ellas vienen de entornos con niveles altos de educación?
Si se acepta lo anterior, se puede decir que el éxito de un alumno no necesariamente está anclado a la escuela a la que asista, sino a lo que sucede en sus hogares. Por ejemplo, niños con más libros en casa tienden a tener mejores resultados académicos y alcanzan niveles escolares superiores.
Esto significa que no importa lo que se gaste en educación mientras no exista un entorno adecuado en casa para maximizar el potencial educativo de cualquier escuela, sea pública o privada.
En ese sentido, “invertir en educación” no debería significar gasta más dinero en el recinto al que asiste el niño, sino las enseñanzas, apoyos y atenciones que el niño recibe en el entorno familiar.
Una cosa que es muy importante considerar es que no se tiene que confundir la escuela con la educación. La educación siempre es importante, pero no se reduce, ni es exclusivo, de las actividades que se realizan en la escuela.
Mucho menos hay una correlación entre el estudio y el éxito, porque la gran mayoría de los conocimiento que se transmiten en los recintos escolares son académicos y no necesariamente prácticos para la vida adulta y profesional, como lo serían la innovación o la educación financiera, por ejemplo.
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