Laura Giussani Constenla, hija de un reconocido matrimonio de periodistas exiliados en la última dictadura, reunió correspondencia familiar, de intelectuales, y también de otros “donantes”, entre ellos militantes, simples familiares y amigos de detenidos y gente en el exilio durante el gobierno de facto, y armó una colección que alberga la Biblioteca Nacional. Giussani Constenla, quien además es periodista como fueron sus padres Pablo Giussani y Julia Constenla, explicó en una entrevista concedida a DyN como la inquietud se convirtó en la colección “Cartas de la Dictadura”, escritas entre 1976 y 1983 y alberga el área “Archivos y Documentos Particulares” de la Biblioteca Nacional con más de 700 cartas reunidas y donadas por 16 familias, tras la muerte de su madre en 2011. “Surgió de no saber que hacer con todo lo que había en una casa de periodistas, quedaron diarios, documentos, cartas por todos lados, que nos escribimos en nuestros exilios, un material valioso histórico con Ernesto Sábato en donde mis viejos lo querían convencer que se exiliara”, dijo respecto a la colección abierta en octubre pasado. Pero la idea original dijo “era que no fuera una colección de reconstrucción de la memoria sino de construcción de la historia, y no solamente de mi familia ni sólo de la temática dictadura”. En su exilio en Italia con sus tres hermanos, mientras sus padres partieron a Estados Unidos a trabajar como periodistas, Laura con 16 años de edad recibió “cartas de compañeras de la escuela que contaban que sabían de fusilamientos en el cementerio de Lanús, mientras algunos medios hablaban de presos muertos que se habían intentando fugar”. El exilio de los Giussani Constela surgió luego que la casa que alquilaban en el Tigre, fue allanada luego que la Policía primero irrumpió en la casa de su vecino, el periodista Rodolfo Walsh, asesinado por la dictadura en 1977. La periodista dijo que sin saber de la existencia del área Archivos y Documentos Particulares creada en 2006 en la Biblioteca, “hice una propuesta periodística al director Horacio González, quien me dio su apoyo y aprobó la idea de hacer una colección con donación de “fondos familiares”, destinados a investigación periodística y de historiadores, con eje en el intercambio de las cartas durante dictadura del ’76”. “Si alguien quiere hacer una investigación sobre los intelectuales de los años ’90, se encontrará con documentos o “fondos familiares” de David Viñas, Silvio y Arturo Frondizi, Dardo Cúneo”, entre otros dijo. El intercambio epistolar incluye también al periodista Rogelio García Lupo y al ex Obispo de Avellaneda Jerónimo Podestá, quien dejó los hábitos para casarse con su secretaria. “También la colección recupera la vivencia de muchas personas anónimas, el perfil de los donantes no se cierra a lo que puede denominarse como personas “reconocidas” o “famosas”, explicó. La colección contiene no solo cartas, también se conservan dibujos y poesías, escritos con reflexiones personales, publicaciones periódicas y hasta diarios mimeografiados de periodistas exiliados. La primera “donante” para conformar la colección “Cartas de la Dictadura” fue Patricia Borensztejn, sobrina del admirado monologuista político televisivo Tato Bores, quien estuvo presa desde 1974 hasta 1980. “En sus cartas se ve el perverso manejo que hacían con ella sobre la posibilidad de no salir más del país”, aclaró Laura Giussani Constenla. Borensztejn, militante política detenida en diciembre de 1974 junto a su esposo Pablo, estuvo presa hasta 1980 en Villa Devoto y ese año fue liberada y se exilió en España,y es autora del libro “Hay que saberse alguna poesía de memoria” (2011). Elena Itatí Risso, otra donante, monja durante 10 años, dos de los cuales vivió en clausura en un convento en Alta Gracia, Córdoba, en 1969 fue enviada a Chile y descubrió la Teología de la Liberación. Volvió a la Argentina, dejó los hábitos en 1972 y se instaló en un barrio pobre de Rufino, Santa Fe, y por discrepancias con la lucha armada se alejó de Montoneros, en febrero de 1976 fue detenida y la liberaron en junio de 1977. Paula Schprejer, militante estudiantil de la UES, se exilió en Israel en 1976 junto a su marido, y su hermano “Beto” también militante estuvo preso entre fines de 1975 y fue liberado en junio de 1981, escribió “Los chicos del Exilio” en 2003. La compañera de Beto, Vicky Kornblihtt, se exilió embarazada en Italia después de la detención. La hermana menor de Vicky, Adriana, murió a los 15 años en 1978 al explotarle en la mano una bomba que estaba manipulando. También fueron donantes Leticia Camejo, hija de Miguel Oscar Camejo, militante del TPR detenido entre 1975 y 1983, la mayor parte del tiempo en Sierra Chica, donó una serie compuesta por cartas, postales y dibujos de su padre y Estela Garibotto, presa entre 1975 y 1981 en la Brigada de San Justo, detenida en 1975, breseída el 23 de marzo de 1976 y liberada en 1981. Laura Giussani Constenla, exiliada en Italia entre 1976 y 1983, ex militante de la UES, empezó su actividad política en el colegio Nacional Buenos Aires en 1973 fue activista del Comitato Antifascista contro la Repressione in Argentina. Cristina Zuker, periodista, y autora de “El tren de la victoria” (2003), narra la historia familiar en la dictadura, y de su hermano Ricardo, que volvió para la “contraofensiva montonera” en 1980, fue secuestrado y posteriormente fusilado y Omar David Varela, fundador de la revista libertaria “Germinal” entre 1974 y 1975, formó parte del movimiento contracultural. Beatriz Ronchi, se dedica a la defensa de Derechos Humanos en distintos organismos, desde el secuestro y desaparición de su esposo y compañero, Delfor Soto, escritor y periodista. Angela Urondo, hija de Paco Urondo y Alicia Raboy, y entre los documentos donados se encuentra una copia digital del testamento de su padre reconociéndola como hija, y también una carta de Paco a sus padres escrita en la clandestinidad. También Diana Cruces, militante del PRT, detenida en 7974 y liberada en noviembre 1975 retornó clandestinamente al país, y tiene desaparecidos a su cuñado, su marido y su
Hay que terminar el secundario
El ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, encabezó la última sesión del Parlamento Juvenil Mercosur 2013, del que participaron 1200 alumnos y 300 docentes de escuelas secundarias de todo el país. Durante la apertura, Sileoni destacó: “Estamos emocionados pero no sorprendidos porque conocemos a nuestros alumnos, sabemos de su solidaridad y sus ganas de cambiar el mundo. Son jóvenes que militan por mejorar la escuela y la educación pública”. “Agradecemos la presencia de los compañeros de Ecuador, Bolivia, Colombia y Chile – señaló el titular de la cartera educativa nacional- Actualmente, los presidentes de la región encararon un mismo camino y decidieron estar juntos, con los que piensan igual, y con los que piensan distinto”. En ese sentido, el Ministro agregó: “No puede haber silencio pedagógico ni falta de respeto en la escuela. Por eso, les digo a los chicos que se apoyen en sus docentes, ellos son sus verdaderos aliados. Desde el Ministerio de Educación proponemos encontrar en el otro las similitudes y no las diferencias. Mi compañero es un ser humano igual que yo, piense como piense, provenga de donde provenga. No es representativo de la juventud pero nos duelen cuando pelean, eso no se debe permitir, tenemos que sentir esa ofensa como propia, ése es el sentido último de la solidaridad”. “Necesitamos que todos terminen el secundario en la Argentina, es una deuda que tenemos como sociedad. Es una responsabilidad del Estado, en primera instancia, luego de los docentes y de las familias. Los alumnos también pueden ser parte, deben hacer un esfuerzo en ayudar al otro, a ese chico que está afuera de la escuela y que tiene que terminar”, finalizó Sileoni. Del cierre del encuentro también participaron el jefe de Gabinete del ministerio de Educación, Pablo Urquiza, el subsecretario de Equidad y Calidad Educativa, Gabriel Brener y el director nacional de Políticas Socioeducativas, Alejandro Garay. El Parlamento Juvenil del Mercosur es una iniciativa que se desarrolla en instituciones educativas de nivel medio de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia y Uruguay, con el objetivo de promover espacios de participación y canales de diálogo para los jóvenes, en cuestiones relativas a su propio desarrollo educativo y a las políticas públicas dirigidas a ellos. Bajo el lema “La escuela media que queremos”, los participantes trabajan temas como inclusión educativa, género, jóvenes y trabajo, derechos humanos y participación ciudadana, e integración regional. En las últimas ediciones nacionales se incluyó además, como eje de discusión, el voto a los 16 años. Fuente: http://portal.educacion.gov.ar/prensa
Becas de postgrado
El presidente de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Fernando Tauber, y el presidente del Banco Provincia, Gustavo Marangoni, firmaron un convenio que permitirá becar a alumnos de postgrado vinculados al desarrollo productivo. Durante la firma del acuerdo, Tauber destacó “la visión estratégica del Gobernador Scioli por fomentar la inclusión de la universidad como una herramienta motorizadora del desarrollo, y señaló que “el 80% del conocimiento argentino se produce en las universidades públicas”. Por su parte, Marangoni explicó que “el objetivo de la Beca de Investigación Banco Provincia es apoyar la formación de profesionales que puedan aportar saberes estratégicos a sectores prioritarios para el desarrollo regional” . Las maestrías de la UNLP seleccionadas para la beca son Tecnología e Higiene de Alimentos, Mecanización Agrícola, Manejo Integral de Cuencas Hidrográficas, Procesos locales de Innovación y Desarrollo Rural, Economía Agroalimentaria e Ingeniería en Software. De esta manera, la UNLP se suma a las tres universidades nacionales –Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (Tandil), General Sarmiento y Lanús- que ya forman parte del sistema de becas del Banco Provincia. Fuente: www.unlp.edu.ar