Docentes y política, ¿Dónde está el límite?

La Matanza: el caso de la profesora que discutió a los gritos y reavivó el debate: cómo se habla de política en las aulas.

Una docente de la localidad bonaerense de Ciudad Evita fue provisoriamente suspendida este jueves por discutir sobre política a los gritos con un alumno durante una de sus clases. Según confirmó la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, se inició una investigación administrativa “por presunta falta del artículo 139 del estatuto” y, “si se corroboran los hechos”, se seguirá con un presumario y, eventualmente, un sumario. La discusión entre la profesora y el estudiante, que se viralizó rápidamente a partir de un video que circuló por redes sociales, vuelve a poner en escena la histórica pregunta: ¿cuál es el rol de los y las docentes cuando surge una inquietud sobre política en el aula?

Laura Radetich, de 59 años, es profesora de historia de la Escuela Secundaria Técnica Nº2 “María Eva Duarte”, de la localidad bonaerense de Ciudad Evita. En una de sus clases, según puede verse en un video filmado dentro del aula, intentó explicarle a uno de sus estudiantes la debacle económica que produjo el macrismo a través de gritos.

“¿Qué te creés, que porque tiene ojitos celestes (Mauricio Macri) no va a robar? ¡Te robó el futuro!”, se escucha gritar a Radetich en el video. El alumno, fuera de plano, le responde “¿Y este no?”. “No, papi, no me robó nadie. Vos podés venir acá y comer esta porquería porque te la da el Estado. Andá a pagar con el sueldo de tu papá una escuela privada como esta. Andá, dale. ¿Sabés cuánto cuesta la cuota de una escuela técnica? De 10 lucas para arriba. Porque eso es lo que dejó Macri”, sigue la docente.

Tras la viralización de las imágenes, Radetich aseguró que fue filmada “por un alumno macrista” que la “pinchó” y que la “hizo hablar de Macri“. “Me puedo quedar sin laburo, voy a tener que buscar un abogado”, dijo consultada por la producción del programa radial de Ernesto Tenembaum.Según confirmó a Página/12 la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, en el caso “ya está interviniendo la Jefatura distrital de La Matanza”, que realizará “una investigación en la que se tomarán declaraciones y se instrumentarán las acciones correspondientes para reunir información sobre lo sucedido”. Durante este procedimiento, detalló la cartera que conduce Agustina Vila, la docente no seguirá dando clases.
“En situaciones de estas características corresponde realizar una investigación por presunta falta aplicando el artículo 139 del estatuto docente para reunir las pruebas pertinentes y en caso de que corresponda relevar transitoriamente a la trabajadora de sus funciones. Si se corrobora el hecho, se continua con un presumario y en caso de corresponder, un sumario”, indicó sobre los pasos a seguir.

Por otro lado, adelantó la DGCYE, se le dio intervención a la Dirección de Psicología Comunitaria y Pedagogía Social para que a través de sus equipos profesionales se acompañe a las y los estudiantes.

Consultada sobre los intercambios políticos dentro del aula, la DGCYE dijo que “está bien que en las clases se toquen distintos temas pero el tema es cómo se los aborda”. En ese sentido, aclaró que “a través de sus orientaciones pedagógicas y su política de formación docente permanente” la cartera que conduce Vila “trabaja para que la enseñanza y el aprendizaje se den siempre en un marco de diálogo y construcción colectiva del conocimiento basado en la libertad de expresión, la pluralidad y el respeto a la diversidad, sin avalar de ningún modo este tipo de prácticas”.

Luego de la difusión del video, una de las palabras que más se utilizó en las redes sociales y en algunos medios de comunicación para describir la actuación de Radetich fue “adoctrinamiento”. Ese concepto, en algunos casos, estuvo acompañado por una valoración que lleva años instalada en ciertos sectores sociales: un docente o una docente no puede hablar de política.

¿Qué pasa entonces si un alumno o alumna tiene una duda política o partidaria? ¿No es válida su inquietud? ¿Cómo se puede aportar a la educación de ese estudiante y qué rol deben tomar les profesores? Manuel Becerra, especialista en educación y docente en secundaria, formación docente y universidad pública, compartió su mirada con Página/12.

“En primera instancia, me parece imposible no hablar de esos temas en clase porque siempre se debe tomar la pregunta de los alumnos respecto a cuestiones políticas partidarias, incluso las afirmaciones y preconceptos que traigan”. Si surge una duda durante la clase, continuó Becerra, “ahí lo que uno como docente tiene que tratar de hacer es que se vaya complejizando la afirmación o la pregunta de ese pibe o piba, ir desarmándola, deconstruyéndola sin intervenir demasiado a favor o en contra“.

En ese marco, puntualizó el especialista, “de ninguna manera uno puede entablar una discusión político partidaria con un alumno o una alumna de igual a igual. Porque uno cuando está en un aula tiene una responsabilidad y un poder –o sea que es una relación asimétrica–, y en ese poder uno está formando ciudadanía“.  

Por eso, insistió, “un docente no tiene que intentar convencer a un alumno o alumna sobre las propias convicciones políticas que tiene uno sino que la función de uno es que ese pibe o piba pueda ir profundizando en sus afirmaciones, para que eventualmente la rechace o la enriquezca. Se trata de complejizar su mirada, para que se vuelvan más curiosos al respecto”.  

Hay un montón de maneras, siguió Becerra, “con las que podés lograr que un alumno se ponga a pensar con una perspectiva diferente”. Si un estudiante, por ejemplo, trae como afirmación que “los kirchneristas son todos ladrones”, ante esa expresión “uno puede preguntarse cómo funciona la justicia, puede explicar que el comportamiento ético de una persona no está atado a una afiliación partidaria, uno puede preguntar a qué viene lo que dijo y si eso se restringe a un personaje político mostrar que hay más complejidades detrás de eso”. 

“Cristina no es chorra porque lo digan los medios. En todo caso si Cristina Kirchner o Mauricio Macri tienen causas judiciales, habrá que indagar esas causas. Y nosotros no vamos a indagar las causas de Cristina Kirchner o de Mauricio Macri en el aula porque no vienen al caso. Lo cual no significa que uno desde el aula dice que Cristina o Macri son inocentes”, ejemplificó. 

Si un alumno dice que “‘los kirchneristas son todos chorros”, planteó tomando el caso de la docente y el estudiante de Ciudad Evita, “tratemos de esquematizar el gobierno, ¿Qué se considera opuesto al gobierno kirchnerista? ¿Al macrismo? Bueno, trabajemos sobre los proyectos del macrismo, analicemos qué pasó con la economía, qué pasó con la educación, qué grupos se beneficiaron y qué grupos perdieron, qué pasó con la macroeconomía”. Ese intercambio, remarcó Becerra, tiene que darse con “un trato respetuoso, partiendo de la honestidad y la transparencia”.

A mí me suele dar buenos resultados ir matizando información, añadir otros datos. Si surge una afirmación sobre la Teoría del Derrame, que dice que si los empresarios se enriquecen se enriquece todo el mundo, propongo que veamos algún momento de la historia donde no se verificó”, agregó sobre su experiencia dentro del aula. 

Si, en cambio, hay expresiones o afirmaciones dentro del aula como “hay que matar a todos los zurdos”, eso “sí se clausura, porque es una manifestación de violencia hacia presuntas identidades políticas. Eso sí es una condena taxativa dentro del aula”. Lo mismo con las reivindicaciones del terrorismo de Estado: “no se reivindica el terrorismo de Estado. Se lo puede poner en contexto, pero no se lo reivindica”, señaló. 

No hablar de política, resumió el especialista a modo de conclusión, es “antipedagógico”, porque “los pibes van a la escuela para aprender cosas que no aprenden en otros lados”. Y “si un pibe pregunta es porque considera que en la clase puede enriquecer su mirada sobre un tema que le genera curiosidad y eso es un montonazo”, destacó.

“La otra es que te tengan más o menos fichado como una persona que rápidamente pierde los estribos, lo cual siempre está mal como docente, entonces te quieran pinchar para que pasen cosas como la que ocurrió en Ciudad Evita”, advirtió. 

“Antes que linchar a alguien por una conducta cuestionable hay que preguntarse cómo venía siendo la clase, capaz que esa relación ya venía complicada y estamos viendo el emergente”, expresó. “Después, por supuesto, la escuela y Consejo Escolar tienen que accionar de determinada manera. Pero en términos de ética, si queremos hacer una aproximación seria a lo que pasó, hay que mirar el proceso”, concluyó.

Fuente: www.pagina12.com.ar

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