Una de las “Banderas para la Transformación” (1) que orienta los procesos de las escuelas que quieren transformarse, es la del acompañamiento a las trayectorias escolares de los estudiantes. Dentro de las distintas dimensiones que integran esta temática, está la de la promoción y la de los alumnos “que repiten”.
A pesar de que hay un consenso generalizado, desde el conocimiento científico y desde la experiencia empírica, de que la “repetición” no es una estrategia que tiene consecuencias positivas, salvo en un reducidísimo número de estudiantes de todos los que “repiten” cada año… en las escuelas secundarias sigue haciéndose repetir a muchos adolescentes. En algunos casos, hasta el 25 % de la matrícula de la institución.
Ya en 2009, el Consejo Federal de Educación, aprobó las“Orientaciones para la Organización Pedagógica e Institucional de la Educación Secundaria Obligatoria” a través de su resolución nº 93/09, en la que abordó con mucho detalle la cuestión del régimen académico y del acompañamiento de las trayectorias escolares de los estudiantes, ofreciendo alternativas variadas para dar respuesta y modificar la cuestión de la repitencia en el nivel. Sin embargo no hemos avanzado lo suficiente respecto de esta cuestión.
Marcelo Krichesky, investigador de la UNIPE, señala, a partir de datos del CIPPEC, que “cada año, este problema alcanza a 357.000 adolescentes, el 9,3% de la matrícula. A los 17 años, según datos
de 2013, sólo el 37% llega al final de la secundaria sin repetir, un 30% asiste a la escuela con sobreedad, el 7% concurre a un establecimiento educativo para adultos y un 26% está fuera de las aulas. Es decir, poco más de un tercio de la población logra transitar la primaria y la secundaria sin repetir en algún momento de su trayectoria educativa”
Flavia Terigi, sin duda una referente obligada en esta temática reflexiona “¿Qué son las trayectorias escolares? El sistema educativo define, a través de su organización y sus determinantes, lo que llamamostrayectorias escolares teóricas. Las trayectorias teóricas expresan recorridos de los sujetos en el sistema que siguen la progresión lineal prevista por éste en los tiempos marcados por una periodización estándar.Tres rasgos del sistema educativo son especialmente relevantes para la estructuración de las trayectorias teóricas: la organización del sistema por niveles, la gradualidad del curriculum, la anualización de los grados de instrucción. Ahora bien, analizando las trayectorias reales de los sujetos, podemos reconocer itinerarios frecuentes o más probables, coincidentes con o próximos a las trayectorias teóricas; pero reconocemos también itinerarios que no siguen ese cauce, “trayectorias no encauzadas”, pues gran parte de los niños y jóvenes transitan su escolarización de modos heterogéneos, variables y contingentes. Un conjunto complejo de factores incide en “las múltiples formas de atravesar la experiencia escolar, muchas de las cuales no implican recorridos lineales por el sistema educativo” (Terigi, Flavia. Las Trayectorias Escolares, Marzo de 2009)
¿Por qué ante tanto conocimiento desarrollado alrededor del tema, la repitencia persiste y resiste en nuestras escuelas secundarias? Hay muchas razones. Combinadas entre sí.
Sin querer dar un orden jerárquico al listado que sigue, es posible advertir, entre otras:
- Los docentes actúan sin coordinación ni criterios comunes, lo que hace que cada uno “califique” por su cuenta, con consecuencias meramente acumulativas sobre los estudiantes, que llevan a su repetición.
- Lo que se evalúa y cómo se lo hace, conduce a que, más que poder identificar si los estudiantes aprendieron o no, solo se termine comprobando si pudieron responder a lo que una “prueba” bastante tradicional, les ha “preguntado”.
- Sólo se tiene en cuenta un reducido aspecto de todos los que podrían dar cuenta de si un estudiante aprendió o no lo que se buscaba.
- Un estudiante puede tener inasistencias en un período completo pero si puede “responder bien a la prueba”, tiene asegurada su promoción por encima de otro estudiante que estuvo siempre en clase, pero no llegó a contestar como el docente hubiera esperado…
- Si los problemas estuvieron en las metodologías de enseñanza, igualmente un estudiante deberá “repetir” (perder) un año sin que el que docente, al que le tocó enseñar, tenga mayores consecuencias, pudiendo prolongar esta situación con este estudiante y/o con muchos otros… quizás por años.
- Si por algún motivo, se generó una mala relación personal entre docente-estudiante, esto puede llevar a una “repetición” por la no aprobación de una asignatura acumulativa o correlativa. .
A estas -y otras- causas- de las repeticiones, hay que agregar las consecuencias que las mismas generan. Estudiantes que deben volver a cursar materias ya aprobadas, en las que, no pocas veces, bajan su rendimiento en el segundo año de cursada, separación de sus grupos-clases con la consecuente desintegración, reiteración de los mismos procesos de aprendizaje que fracasaron una vez y que se esperan que den otros resultados, sólo porque los estudiantes son un año mayores…
Lamentablemente, son situaciones recurrentes que preocupan y mucho a los que queremos una secundaria diferente.
Pero hay muchos directivos y docentes que no se resignan a que las cosas sean de esta manera y están intentando y buscando otras alternativas. Y es muy estimulante comprobarlo. A veces lo hacen con apoyo de sus superiores, otras con ciertas estrategias “transgresoras” cuando no les es posible difundir los intentos ante autoridades que están más preocupadas por las normativas que por los estudiantes… (Aunque, en realidad, bajo un supuesto “cuidado” de la normativa, en realidad la incumplen, porque la normativa hace ya más de 10 años recomienda buscar nuevas alternativas y formatos al régimen académico…)
Desde Fundación VOZ intentamos aprender de estas experiencias, compartirlas, observarlas y, cuando es posible y conveniente, difundirlas. En algunos casos, son las mismas jurisdicciones que están buscando ponerlas en práctica en diferentes escuelas secundarias. Y es muy importante valorar y aprender de esas experiencias que se impulsan también desde las autoridades jurisdiccionales. (2)
Sin duda, se trata de una de las claves de la transformación de la secundaria: No se trata de querer que los estudiantes “aprueben” sin saber… se trata de que comprendamos que la repetición no garantiza ningún saber y, posiblemente, implique más la generación de obstáculos e impedimentos para construir conocimientos, que la potenciación de capacidades y recursos pedagógicos y estrategias para el aprendizaje.
Por lo pronto, tenemos que estar atentos a tres claves que nos ayudarán a comprender mejor la dinámica del proceso que debemos analizar., :
- Entender mejor quiénes son nuestros jóvenes, cómo aprenden, cómo construyen conocimientos, qué capacidades se ponen en juego a la hora de incorporar nuevos saberes. ,
- Identificar las prácticas pedagógicas que se adaptan mejor a ellos: los formatos didácticos que obtienen mejores resultados, comprobar si se está enseñando convenientemente.
- Evaluar bien para conocer si realmente aprendieron lo que queríamos que aprendieran y si ello era verdaderamente lo adecuado.(Estoy convencido que muchas veces lo que evaluamos y cómo lo hacemos no nos permiten dar cuenta verdaderamente de los procesos de aprendizaje realizados por los estudiantes.)
En estas tres dimensiones, quizás podamos encontrar pistas reales para avanzar en procesos que garanticen una educación de calidad real para nuestros estudiantes sin persistir en mantener formatos que huelen a rancios y que muchos se empeñan en mantener, quién sabe bajo qué argumentos tan lejanos a las normativas generales que hoy rigen a la escuela secundaria como a los ideales pedagógicos que deben inspirar las prácticas de cada día en las aulas donde conviven estudiantes y docentes.
(1) Las “Banderas para la Transformación” son 8 estrategias pedagógicas o ejes organizacionales, propuestos por la iniciativa “Transformar la Secundaria”, que tienen la potencialidad de orientar y encauzar una verdadera transformación desde las instituciones educativas que hoy conocemos hacia aquellas que quisiéramos tener. Cada una de ellas puede desarrollarse con diferentes niveles de profundidad y no será posible implementarlas si no es a través de un proceso que respete los tiempos, posibilidades y potencialidades de cada escuela y de los actores involucrados en ellas.https://drive.google.com/file/d/1qjbkf-7rggOPXbPyDtzj4Qxp-kWoaYx2/view
(2) En una próxima edición de nuestros “Mates y Debates”, propondremos generar intercambios sobre esta cuestión tan importante. Y también apoyaremos la sistematización de algunas prácticas que pueden brindar elementos para avanzar en estos cambios.
Fuente: Alberto Croce para https://albertocesarcroce.wordpress.com/ y https://www.transformarlasecundaria.org/fundacion-voz/https://www.transformarlasecundaria.org/fundacion-voz/