viernes, marzo 29, 2024
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Negocios en la escuela?

negocioEl socio del ministro de Educación y Deportes, Esteban Bullrich, y actual titular del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET), Gabriel Sánchez Zinny, firmó un convenio con una empresa de capitales norteamericanos, dirigida por su propio hermano, para brindar cursos de capacitación virtual a docentes y alumnos argentinos.

A fines de 2016, Gabriel Sánchez Zinny, Director del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET), firmó un convenio con la empresa IMS Corporate para brindar formación online gratuita sobre marketing y comunicación a estudiantes y docentes argentinos. El acuerdo no sólo permite que una empresa de marketing de capitales estadounidenses –sin ningún antecedente en educación– se instale como responsable de formar a alumnos y educadores de nuestro país, sino que además, una de sus máximas autoridades es Ignacio Sánchez Zinny, hermano del actual director del INET.

El acuerdo se firmó hacia fines de noviembre del año pasado pero pasó inadvertido. Ahora, con el inicio del ciclo lectivo 2017, se pondrá en marcha el dictado de los cursos a cargo de IMS Corporate. Pero a las dudas sobre la pertinencia y el carácter pedagógico de esta capacitación, se suma el conflicto de intereses de Gabriel Sánchez Zinny por haber beneficiado a una empresa dirigida comercialmente por su propio hermano.

Según reza en la web oficial del Instituto “el INET e IMS ofrecerán acceso gratuito al Programa de Certificaciones digitales en Plataformas Móviles de Publicidad Nativa ‘IMS Education’. De esta manera, se brindará acceso a capacitación en Marketing Digital y Plataformas Móviles a estudiantes de instituciones Técnico Profesionales públicas de Argentina, se capacitará a docentes en actualizaciones y tendencias tecnológicas para el ámbito educativo, se dispondrá de materiales y recursos educativos a alumnos y docentes, entre otras acciones; con el objetivo de brindarles conocimientos y habilidades digitales requeridos en el mundo globalizado actual”.

Por su parte, en la web de la empresa destacan que “con este convenio, IMS busca facilitar la formación profesional en Marketing y Publicidad Digital y en las Plataformas Móviles de Publicidad Nativa en toda la región”.

El programa “IMS Education” contiene “Certificaciones” –sin validez oficial– en herramientas como Twitter, Foursquare, Waze, Spotify, LinkedIn, Vevo, EA, media Programática, Snapchat, etc.

En enero de 2017, el diario Página 12, denunció que el INET, creado para definir los perfiles profesionales y el diseño curricular de la educación técnica, sería desguazado y reemplazado por un ente llamado “Agencia nacional de Formación de Talentos”, diseñado exclusivamente para beneficiar al sector privado.

¿Quiénes van a formar a los docentes?

IMS son las iniciales de Internet Media Services, una corporación de capitales estadounidenses que es “líder en marketing digital y comunicación”, tal como puede leerse en su propia web. La empresa “se asocia con compañías dinámicas que buscan expandirse en América Latina o crecer dentro de la región, ayudando a las marcas a alcanzar altos niveles de compromiso y crecimiento a través de su ecosistema exclusivo de Asociaciones comerciales, Soluciones creativas y de contenido y Servicios de inversión y de gestión de medios, entregando soluciones profundas y orientadas a los resultados”.

En ningún momento mencionan cuestiones relacionadas a la educación, sino que se focalizan en marketing, comercialización y posicionamiento de marcas y emprendimientos norteamericanos. De hecho, en uno de sus últimos anuncios online se jactan de tener “doce años” de experiencia “acercando Sillicon Valley a la región” (Latinoamérica).

IMS se define como una “joint venture con Sony Pictures Television Network”. “Joint venture” es una expresión que se utiliza en el mundo del marketing, la administración y la publicidad para denominar a una “alianza estratégica o consorcio”, es decir, un acuerdo comercial de inversión conjunta entre dos o más personas jurídicas.

La ex directora del Plan Nacional de Inclusión Digital Educativa (PNIDE), Laura Penacca, criticó el convenio por considerarlo “instrumental” y apuntó “que responde a los requerimientos de un mercado globalizado, que le asigna a la Argentina un papel de país periférico que proporciona mano de obra barata, mal paga”.

“No forman ni ciudadanos ni personas capaces de producir conocimiento, sino que se focalizan en determinadas “habilidades” operativas, concretas, que responden a softwares aplicaciones y sistemas que son desarrollados por estas empresas en el exterior y que sólo requieren operarios que sepan manejarlas”, agregó.

Educando al periférico

En una reciente entrevista con la revista Zoom, la pedagoga y ex diputada nacional Adriana Puiggrós señaló que desde hace algunas décadas la educación experimenta una fuerte embestida de “los grupos económicos”, que descubrieron que podían hacer de la educación una mina de oro, con “clientela asegurada, infinita y además, regulable”.

“El tema no es si se funda una escuela privada más, ese es un problema del siglo XX. En el siglo XXI el problema son los negocios dentro de la escuela pública”, argumentó.

En la misma línea, Pennaca indicó que “la firma de este convenio muestra claramente algunos puntos nodales de la ideología y la perspectiva que tiene este gobierno por la educación. Por un lado, la “ausencia absoluta de políticas educativas nacionales, diseñadas y monitoreadas por equipos técnico-políticos del ministerio de Educación”, y por otro, la “tercerización” que lleva adelante el gobierno ya que “pone en manos de corporaciones, fundaciones, ONGs, la formación docente, la evaluación de los alumnos y demás políticas que son estructurales para el sistema educativo”.

Penacca señaló también que con el actual modus operandi “no se garantiza el Derecho a la educación desde la oferta –a través de políticas que son universales–, sino que es en función de la demanda. Ahora, son ONGs, fundaciones, corporaciones las que ofrecen determinadas cosas, que no son para todos, no están pensadas para eso, ni tienen dispositivos preparados para ese fin. Entonces, acceden los que quieren y pueden, porque tienen otro capital cultural, porque pueden enterarse y estar ahí sin ninguna ayuda. Así, sólo algunos pueden inscribirse, cursar, etcetera”.

Algo de esto se comprueba cuando al intentar acceder como alumno virtual a los cursos de IMS, este cronista se enfrentó a un formulario de inscripción en el cual figura un anexo con la política de privacidad escrita totalmente en inglés. La firma “Entiendo y estoy de acuerdo” figura como uno de los campos obligatorios para poder ingresar a la oferta de cursos gratuitos. Eso no es todo: lo más curioso es que en ese anexo escrito en inglés, se detallan cómo se recopilarán y utilizarán “los datos obtenidos durante nuestra visita”. Un tema muy complejo y sensible, sobre todo cuando se trata de un programa destinado a alumnos que en la vasta mayoría de los casos son menores de edad.

Javier Castrillo, ex Coordinador del área de I+D del Programa Conectar Igualdad, también es crítico del convenio y objeta las miradas inocentes que sólo ven en él una serie de cursos gratuitos. “Las corporaciones ponen a disposición sus sistemas y desarrollos de forma gratuita y hasta vienen con paquetes de formación gratuita. Ellos te dan todas las herramientas gratis, pero con el objetivo de que se aprenda eso, lo cual no es azaroso ni inocente: cuando un programa así es gratis, el producto sos vos”, denuncia. “Así, se vulnera nuestra soberanía educativa ya que corporaciones extranjeras terminan guiando la currícula educativa de nuestro país”, agrega.

“El Ministerio de Educación y Deportes, a través del INET, ha firmado convenios con diferentes empresas y organizaciones: Banco Itaú; Samsung Electronics; Peugeot Citroën; el Consejo de Ingeniería Mecánica y Electricista; la Fundación “Enseñá por Argentina”; Toyota Argentina S.A.; Nestlé Argentina S.A.; Loma Negra;” etc. Este avance de las empresas en el sistema educativo argentino se da en total sincronía con el desmantelamiento de áreas, direcciones y modalidades que se está llevando adelante en la cartera comandada por Esteban Bullrich que, además, se ha negado a abrir negociaciones paritarias, tal como indica la Ley de Educación Nacional del 2006.

¿Quién es Gabriel Sánchez Zinny?

Graduado en economía por la Universidad de San Andrés, Sánchez Zinny es amigo y socio del ministro Esteban Bullrich en una compañía offshore. Su desembarco en el ámbito educativo se inicia cuando funda el área de educación del grupo Sophia, conocido por ser una de los espacios del que surgieron gran parte de los funcionarios de primera línea del macrismo (María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta, entre los más destacados).

Un par de años más tarde, el actual titular del INET comenzó un emprendimiento personal: Edunexo, del que fue fundador y CEO. Sánchez Zinny define a Edunexo como una “empresa de software educativo, dedicada a proveer servicios a escuelas y universidades y soluciones digitales para gobiernos, con presencia en cinco países y 50 empleados”. Luego de su experiencia en esta empresa, y tras desempeñarse como consultor del ministerio de Educación de República Dominicana, fundó otra vinculada a brindar cursos de educación online. Se trata de Kuepa, que se sostiene en base al pago de los cursos por parte de los alumnos y los aportes de empresas o fundaciones, entre las que se encuentran: Techint, Citi Foundation (del Citi Bank), Danone, Global Fairness, Plus Petrol, La Anónima, Unilever, USAID y Paladini, entre otros.

Esa iniciativa nació en 2012 y Sánchez Zinny fue su fundador y presidente hasta noviembre de 2015. Con presencia en Argentina, Perú, Colombia, México y República Dominicana, el sitio web ofrece “una metodología para que aprendas en corto tiempo y de manera rápida”. Además, en Kuepa señalan que están comprometidos con brindar una educación “orientada a las necesidades del mercado laboral actual”. De esta forma, el emprendimiento encarna lo expuesto por su fundador en múltiples artículos o apariciones públicas: vivimos en una economía on-demand en la que la educación debe estar al servicio de las necesidades del mercado.

La empresa Kuepa estuvo en el ojo de la tormenta en 2013, mientras Esteban Bullrich era ministro de la Ciudad. En aquel entonces su gestión fue denunciada por distintos gremios por utilizar una base de datos del programa estatal “adultos 2000” de forma irregular. Dicha iniciativa era 100 por ciento gratuita y estaba dirigido a personas mayores de 18 años que quisieran finalizar sus estudios. Casualmente, alumnos que estaban cursando o se habían inscripto a este programa recibieron mails de promociones con descuentos de una empresa privada que ofrecía los mismos servicios, pero pagos. ¿El objetivo? Que abandonaran el “adultos 2000”, que duraba aproximadamente 3 años, y se inscribieran en la opción privada, con horarios más laxos y un año menos de cursada online. La empresa que ofrecía sus servicios a quienes comenzaban el “adultos 2000” no era otra que Kuepa.

Fuente: Martín Sosa para http://www.nuestrasvoces.com.ar/

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