Por otra parte, es válida la pregunta acerca de cómo podemos determinar qué educación necesitan los estudiantes de hoy si no sabemos cómo será el mundo del mañana. Aquí es interesante traer a colación las cuatro hipótesis que plantean Eduardo Levy Yeyati y Darío Judzik en su último libro “Automatizados”, en el que imaginan cómo cambiarán la vida y los trabajos debido al impacto de la Inteligencia Artificial (IA).
¿Cuáles son sus postulados? Habrá menos trabajo, dado que la IA puede reemplazar un gran flujo de tareas operativas e incluso creativas; pero con límites, dado que no podrá reemplazar completamente las capacidades más humanas. Aún así, el impacto de la IA nos permite imaginar un mundo en el que las “máquinas” trabajen y las personas se dediquen al ocio creativo, o bien el mundo acabe en un estancamiento social y económico. De lo que no dudan es de que el trabajo no se pierde, sino que se transforma en actividades con propósito que dinamizarán las interacciones sociales, pero no necesariamente se corresponden con una remuneración.
¿Pero cómo está la educación hoy? El Banco Interamericano de Desarrollo trae algunos datos que dan cuenta de los desafíos educativos que enfrentamos en América Latina y el Caribe:
● El 55,7%, en promedio, de los niños latinoamericanos están alfabetizados a la edad adecuada. ¿Qué significa esto? Que cada año más de 6 millones de niños no adquieren los conocimientos suficientes de lectoescritura en el tiempo esperado.
● La tasa de terminalidad de la secundaria es otra cuestión preocupante: el promedio para la región es del 65,7%.
● Existe una elevada tasa de abandono escolar temprano: el 19% de los jóvenes de 18 a 24 años no asiste a ningún nivel de educación y no ha culminado la secundaria.
● En primaria el 44% de los estudiantes de tercer año no alcanza el nivel mínimo de desempeño en lectura; en matemáticas el porcentaje asciende al 48% (ERCE 2019, últimos datos disponibles).
● En secundaria, la tasa promedio de bajo desempeño en América Latina y el Caribe fue del 75% en matemáticas, del 55% en lectura y del 57 % en ciencia (PISA 2022).
● La cantidad de estudiantes por docente es un factor clave en la calidad educativa. El promedio de la región es de 35,6 en preprimaria, 33,2 para primaria y 23,1 para secundaria. Mientras que, para los países de la OCDE, el promedio de estudiantes por docente en preprimaria es de 14,9, para primaria es de 14,5 y para secundaria es de 13.
● La formación y calidad de los docentes es un desafío, ya que los estándares de ingreso son menores, y la distribución de docentes es ineficiente e inequitativa, con una concentración en áreas urbanas y falta de incentivos para trabajar en zonas desfavorecidas.
La Inteligencia Artificial como herramientas para complementar la enseñanza y ser más productivos en el aprendizaje
Según una encuesta que realizó Enki a más de 12.000 docentes de América Latina, el 26.31% utiliza herramientas de Inteligencia Artificial, pero no para enseñar, sino por curiosidad personal. Si bien el 53.51% se mostró interesado en incorporarlas, afirmaron que aún no lo han hecho principalmente porque no disponen de tiempo para capacitarse (32.85%) o porque no conocen cursos o capacitaciones (12.77%).
Lo que nos lleva a pensar o por lo menos a cuestionarnos lo siguiente: ¿las ofertas de capacitación docente en IA no son lo suficientemente buenas, accesibles y/o inclusivas como para que los docentes accedan? ¿Están dadas las condiciones para que los docentes tengan tiempo disponible para formarse? ¿Por qué les resulta interesante usarlas en su vida cotidiana pero no en su incorporación en el ámbito de la clase?
En este contexto, pensar que la IA reemplazará a los docentes o traerá soluciones mágicas no es el camino. Sobre todo porque la vocación docente es más que enseñar contenidos, también implica una vinculación socio-emocional donde todavía la IA no tiene lugar..
Seis usos educativos de la IA para mejorar la productividad docente y seguir promoviendo aprendizajes significativos
● Personalización: crear recorridos pedagógicos alternativos para potenciar los procesos de aprendizaje de cada alumno.
● Crear nuevos y mejores contenidos educativos: un aspecto clave de la IA es que puede darnos nuevas miradas sobre lo que ya sabemos. Podemos pedirle al prompt que analice una información o que nos sugiera propuestas didácticas que rompan con nuestras prácticas ya establecidas.
● Análisis de información educativa: La IA puede permitirnos analizar datos educativos para identificar patrones, tendencias y áreas de mejora. De este modo, se pueden seguir métricas de ausentismo o aprendizaje que permitan generar alertas tempranas para tomar decisiones a tiempo.
● Evaluación constante de los aprendizajes: otro factor importante es el de aprovechar las plataformas educativas para analizar cómo están aprendiendo nuestros estudiantes y comprender cómo cerrar las brechas con las prácticas de enseñanza.
● Armado de informes: la IA puede ayudar a docentes a co-diseñar los informes de manera rápida, eficiente y creativa.
● Comunicación asertiva: la IA puede generar los mails para familias/estudiantes con información relevante para dejar mensaje clave ya sea referida al calendario escolar, a proyectos específicos o a aprendizajes sobre determinados conocimientos.
Estas son sólo algunas de las alternativas para que la IA sea un aliado del docente a la hora de mejorar su productividad en el aula. En este sentido, es fundamental que los Estados acompañen y sostengan políticas de agenda digital (conectividad, cambios curriculares, articulación con el mundo del trabajo y el desarrollo socio-productivo, etc.). La clave es entender cómo la IA puede complementar la planificación, la didáctica y la mirada pedagógica que hace al sentido más humano del acto de educar.
-noviembre 8, 2024