miércoles, abril 24, 2024
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Presos pero educados

Están presos en la Unidad 48 del penal bonaerense de José León Suárez. Estudian en el Centro Universitario que la Universidad Nacional de San Martín construyó dentro de la cárcel. Son parte del Centro de Estudiantes “Azucena Villaflor” y luchan cada día contra la desidia del Sistema Penitenciario, que los relega al abandono. Se preparan para salir en libertad con una premisa muy clara: “Lo que nosotros queremos es mostrarle a la sociedad lo que hace la educación en nuestros cuerpos”, afirma Abel Díaz, uno de ellos.

El CUSAM fue creado con el fin de garantizar y profundizar el derecho fundamental a la educación. Uno de los ejemplos es Jorge Carrena, quien resume su experiencia de esta manera: “Llevo un proceso de detención de 20 años en el cual durante 17 no tenía ni noción de lo que era estudiar, relacionarse con el estudio, con el aprendizaje,  adquirir herramientas. Hasta que llegue acá. Un amigo me convenció de venir. Tuvo laburo para convencerme, porque yo decía: ‘Qué voy a hacer en una universidad, siendo que no entiendo un carajo’.  Pero empecé a venir de a poquito y empecé a notar que todo lo que tenía vivido podía explicarlo de otra manera, a partir del estudio”.

Jorge cuenta sus dudas y temores en sus inicios: “No me creía capaz de poder llegar hasta esta magnitud, pero me lo propuse, pude aprobar el CPU (Curso de Preparación Universitaria) y ya hice 4 materias de la carrera de Sociología. Para mí es un logro enorme. Yo me consideraba un ignorante neto”. Hoy Jorge además es consejero estudiantil, y trata de transmitirles su proceso a los chicos que aún no se animan a estudiar por vergüenza o por miedo a la frustración.

La Unidad 48 fue construida durante el kirchnerismo junto a varias otras unidades carcelarias. Todas cerca de los barrios que las pueblan. Forma parte del Complejo Penitenciario Conurbano Bonaerense Norte, que conforman las cárceles de: Campana, San Martín, San Isidro, Malvinas Argentinas  y José C. Paz.

No es fácil llegar a la Unidad Penitenciaria 48. Se encuentra en la frontera más abandonada del partido, adentro del predio del CEAMSE, donde constantemente llegan camiones a descargar la basura. Y allí, entre la basura, están construidas las tres unidades de San Martín, entre Camino del Buen Ayre y Camino Debenedetti, a pocos metros del Río Reconquista. Al estar construida sobre un basural muchas enfermedades son causadas debido a la contaminación, así lo muestra un video del CELS de 2011.A pesar de que las cárceles de nuestro país son la muestra del abandono y la ausencia del Estado, gobierne quien gobierne, allí existe el CUSAM. Un lugar que alberga a decenas de estudiantes presos decididos a cambiar su vida y la realidad de su barrio al salir en libertad. Sienten que pueden hacerlo con las herramientas que adquirieron en la universidad. Cuenta con un pabellón que posee aulas, sala de profesores, biblioteca, salón de proyecciones, sala de computación y el centro cultural “El Eternauta”. Allí muchos de los presos viven una transformación, como le pasó a Martín Bustamante, que lleva dos libros publicados de literatura y está a cargo del taller de poesía. O a Eber González, presidente del centro de estudiantes y a un paso de recibirse de trabajador social. Más de diez estudiantes reunidos alrededor de la mesa, mientras el mate gira, irán develando sus ideas, experiencias  y pensamientos.Empiezan a hablar ellos, evitando que una pregunta ordene la entrevista.

Jorge Carrena: Esta transformación que nos está dando este espacio a través de los talleres y las carreras, nos permite reflexionar, analizar ciertas cuestiones, y así poder rever las situaciones para sacar nuestras propias conclusiones. No de sentido común, sino de un análisis profundo. Porque lo que queremos es cambiar y proyectar un futuro con una mejor vida. Nosotros somos una problemática social, y si no nos damos la oportunidad de reflexionar vamos a terminar en el mismo engranaje.

Martin Bustamante: Uno empieza a conocer cómo funciona el mundo y a querer salir corriendo a nuestros barrios a transmitirles a los que vivieron como nosotros, con la venda en los ojos, que ese muro existe solamente en nuestras cabezas. No le vamos a salvar la vida a nadie, cada uno vive su propia vida, pero sí les podemos instalar la pregunta. El acto más rebelde del ser humano es educarse. Eso es más peligroso, poder ir a decirles a los pibes de nuestro barrio que seguir así es alimentar a un sistema que nos necesita. Creo que si alguien que no es de la villa va por ahí, lo sacan cagando. Que lo hagamos nosotros es diferente, porque nosotros somos de los barrios.

Eber González: Ojalá hubiera un CUSAM en todas las cárceles y en todos los barrios. No cuesta tanto dinero. Hay que acercar la educación a las personas más vulnerables. Nosotros nos criamos en el barro, en la zanja, con las armas. ¿Quién más que nosotros, que conocemos nuestro espacio, para poder plantear esta situación ante los ministerios? Ahí tiene que estar nuestra militancia.

J.C.: Nosotros compartimos la celda y siempre salen estas charlas. Siempre nos preguntamos: ¿Por qué querer formarse? Por ir a mostrarle a los chicos de nuestros barrios que la vida que nosotros vivimos no sirve para nada. Es un negocio enorme que le estamos dando al Servicio Penitenciario, al Estado… Es importante poder volver a tu barrio y poder dialogar con ciertos chicos que están medio mal encaminados. Hacerles ver la realidad de cómo es. Creo que es posible porque nosotros ya tenemos esa vida vivida, la experiencia y la visión.

EL LANZAMIENTO DE LA DIPLOMATURA EN ARTE Y GESTIÓN CULTURAL SE LLEVÓ A CABO HACE DOS SEMANAS. LA PROPUESTA FUE ELABORADA A PARTIR DE LOS 10 AÑOS DE EXPERIENCIA DEL CUSAM, ANALIZANDO LAS TRAYECTORIAS QUE LOGRARON CONSTRUIR ALGUNOS DE LOS ESTUDIANTES, QUE TRAS RECUPERAR SU LIBERTAD FUNDARON CENTROS CULTURALES EN SUS BARRIOS, Y DESARROLLAN ACTUALMENTE PROYECTOS ARTÍSTICOS. LA IDEA ES QUE SEPAN GESTIONAR PROYECTOS DE TRANSFORMACIÓN SOCIAL A TRAVÉS DEL ARTE, SE OBTIENE EL TÍTULO EN UN AÑO, POR LO QUE SE ADECÚA MÁS A LOS TIEMPOS DE DETENCIÓN. ES UNA HERRAMIENTA MÁS PARA CONSEGUIR TRABAJO, Y NO IR A PICAR PIEDRAS O PINTAR LOS CORDONES.

Se propone que el estudiante sea capaz de identificar las necesidades y potencialidades del contexto, tanto para la creación artística como para el diseño y la implementación de proyectos culturales en articulación con instituciones estatales, organizaciones no gubernamentales y entes privados.

«Lo importante de esta diplomatura es que dura un año y muchos de los que empezamos una carrera que dura 4, 5 o 6 años, a veces no la terminamos por cuestiones de libertad. Esta diplomatura lo que va a hacer en una persona, a través de la educación, es decirle: ‘Bueno pibe ya estás preparado para intervenir en tu barrio’. La carrera quizá cuesta un poco más terminarla. Afuera hay necesidades, hay que trabajar… Acá es muy contagioso lo que pasa en este espacio. Estamos siempre hablando de lo que queremos hacer, cosas para que no les pase a nuestros hijos, al vecino, lo mismo que nos pasó a nosotros. Eso se va contagiando. Ese sentido nos lo da la educación: querer contagiar al otro. Nosotros podemos decir que nos equivocamos, pero porque no conocíamos la educación. El 90% de nuestros padres vinieron de otras provincias al conurbano», analiza Eber González.

Abel Díaz además defiende las herramientas que dan las carreras sociales, comparadas con Derecho. «La única oferta educativa que encontrás en algunos penales es la carrera de abogacía. Este es el único lugar donde esta sociología y trabajo social y, ahora la diplomatura. Derecho es una carrera más individualista, para salvarte vos, hacer merito para vos, te olvidas de los derechos, es para llevar tu causa. Estas carreras son más sociales. Este centro universitario además de ser mixto, es la única experiencia donde también estudian los policías, comparten el aula con nosotros. No están tan alejados de los presos. Te pones a hablar con un encargado y a veces son más ignorantes que nosotros. Además somos del mismo barrio, de la misma clase. Los que están acá, es porque no estudiaron tampoco. Y después de estar 10 años en el S. P. son más corrompidos que nosotros, se deshumanizan. Acá hemos visto torturas. Hace unas semanas condenaron a 6 policías por matar a golpes a un preso. Ellos son la institución y terminan siendo más tumberos que nosotros. A los policías también la educación les hace cuestionarse cosas. Pero a ellos también se las hacen difícil para que estudien, los mismos compañeros o los jefes, y terminan dejando».

Por eso, Jorge Carrena remarca: «Acá nosotros estamos para acompañarnos, porque muchos compañeros a veces no logran aprobar. Viene la frustración y abandonan. Entonces hay que encontrar el ritmo de estudio, porque no estamos acostumbrados. A veces no podés con tres materias y dejás una, pero seguís con las otras. Nos vamos aconsejando entre nosotros sobre cómo encarar el estudio y nos juntamos a estudiar en grupo. Hay algo que se llama empatía, y que hace ver al otro como tu igual».

Según datos oficiales del SP, actualmente 55 internos y 5 penitenciarios cursan juntos las licenciaturas mencionadas, y la nueva diplomatura cuenta con una matrícula de 19 internos y un agente del SPB. Son 17 los detenidos que se encuentran realizando el Curso de Preparación Universitaria (CPU). Además, hay 260 participantes en los talleres anuales artísticos y de oficios como fotografía, cerámica, encuadernación, informática, radio, braille, poesía y teatro.

Ya hay ocho egresados del CUSAM en sociología, y uno está cursando un posgrado. Los otros participan de grupos de investigación en la UNSAM, entre ellos están los dos primeros agentes penitenciarios graduados. Al mismo tiempo, el CUSAM estimula el compromiso y la articulación con el territorio, con los barrios del partido de San Martín. Un sociólogo recibido abrió una biblioteca popular en Carcova y un estudiante abrió un merendero en barrio Sarmiento.

El mantenimiento del centro es autogestionado por los mismos compañeros, como cuenta Abel Díaz: “Este espacio, este sector educativo que es la universidad, no está reconocido por el Servicio Penitenciario como un área de laburo. Estamos tratando de que sea reconocido como un área de trabajo. Todo lo que funciona en la cárcel es autogestivo, es porque los pibes quieren. El Estado está ausente y las autoridades chorean. Si vos querés laburar cortando el pasto, traete la nafta y la máquina. No te brindan nada. Nosotros sabemos que el SP es una caja recaudadora. Es un negocio y nosotros somos la materia prima.

-¿Qué implica que el trabajo en este Centro Universitario no cuente cómo área laboral? 

Abel: La policía no pone a este centro universitario como un área laboral porque para ellos nosotros no estamos trabajando. Cuando hacemos algún pedido no cuenta, y muchas veces no podemos recuperar la libertad porque no cumplimos los requisitos. Te piden trabajo y estudio. Es una lucha y una injusticia. Acá los insumos, por ejemplo la pintura para todo lo que ves, que lo pintó un compañero, no se lo dio la policía. Todo lo que funciona adentro es autogestivo. Es porque el preso quiere. Esa es nuestra lucha, no por el dinero sino por los papeles, porque al momento de pedir un beneficio la justicia me pide como requisito que yo trabaje. No figura como que estas estudiando tampoco. Y si no está en los papeles, no está, no existe. Ni hablar de lo que es mantener este espacio sin los recursos que el Estado le tiene que dar a la universidad, que como toda universidad pública sufrió el recorte. La policía de lo único que se encarga acá adentro es de mantener la lógica tumbera, porque es algo que perdura y es una construcción de ellos, porque gracias a la ignorancia de nosotros buscan mantener estas estructuras que venimos manteniendo de hace años. El día que nos demos cuenta de eso, la cárcel va a cambiar. Esa lógica que tienen ellos ayuda a que puedan hacer negocios con nosotros.

-¿Cuál sería el negocio?

-Si laburás en talleres, por ejemplo, para hacer una mesita de luz tenés que hacerle dos al director y las maderas traelas vos. Es una caja recaudadora y así con todo: todas las áreas de esta unidad tienen su curro. Lo peor es que esto está naturalizado por la sociedad: ¿alguien se pregunta a dónde va el presupuesto penitenciario? Nadie se lo pregunta. Dicen que a nosotros nos pagan igual que a un jubilado. La ley dice que tendría que ser así, pero no es así. En el ámbito federal, te pagan un sueldo mínimo vital y móvil, por trabajar en la cárcel, haciendo cualquier actividad. Ese sueldo está dividido en tres, una parte supuestamente para pagar los gastos del estado, por el daño que vos ocasionaste. Otro va a un fondo propio, que es guita que te guarda el SP (y acá esta el curro) para que vos cuando salgas tengas tu guita, y otro está disponible para que vos te puedas comprar tu comida en la cantina, que siempre maneja una autoridad de ahí. El curro está en que la ley dice que el fondo propio te lo tienen que poner en una caja de ahorro en un banco a la mejor tasa de interés. Eso no funciona así. Eso lo maneja el Ente Cooperativo Penitenciario, pero labura como una financiera gigante con la plata de todos nosotros. Nunca te dan los intereses ni actualizan los montos. Estás preso 12 años y cuando salís no tenés nada, ¿el interés donde esta? Ese es el gran choreo del ENCOPE. Al sistema federal le interesa que cobres porque laburan con eso. Acá en el bonaerense no cobras nada, $80 mensuales.

Fuente: Pablo G. Grande para http://zorzaldiario.com.ar

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