jueves, marzo 28, 2024
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Ricos, famosos y coimeros

El escándalo de las universidades: cómo funcionaba la red que cobraba sobornos a padres ricos y famosos. Algunos llegaron a pagar hasta 6 millones de dólares para que sus hijos ingresaran a prestigiosas casas de estudio. Las maniobras del “cerebro” de la organización. 

  • En Estados Unidos, los ingresos a las universidades son siempre un momento de estrés para cualquier estudiante mas allá de su status social. La admisión es un proceso largo, caro y complejo por todo lo que implica administrativamente y económicamente. Miles de familias trabajan pensando en ahorrar o incluso se endeudan para que sus hijos estudien.

Ahora, se conoció un escándalo que revela cómo los más adinerados contaban con la “ayuda” de una red mafiosa para garantizar el ingreso de sus hijos, quienes en algunos casos ni siquiera sabían que habían entrado de manera ilegal. Dos de las involucradas en esta maniobra son las actrices de Hollywood Lori Loughlin (conocida por su participación en la sitcom Full House) y Felicity Huffman (de la serie Amas de Casa Desesperadas), quienes pagaron sumas millonarias para que sus hijos estudiaran. Esta última salió en libertad bajo fianza tras pagar 250.000 dólares.

Con el correr de las horas, están trascendiendo más detalles de cómo funcionaba este entramado que movió millones de dólares. Se sabe que hubo padres que llegaron a pagar hasta 6 millones para garantizar que su hijo fuera a una casa de estudios de las más prestigiosas.

William Singer era propietario y operaba la Edge College & Career Network LLC («The Key»), un negocio de preparación y asesoramiento universitariocon fines de lucro. De este modo se presentaba como “consultor universitario” o “consejero de admisión”.

Una vez que los padres interesados “lo contactaban”, él mismo hacía arreglos para que los estudiantes tomen sus exámenes SAT o ACT (de ingreso a la universidad para cursos de pregrado) en sitios en Houston o Los Angeles donde previamente había sobornado a los administradores de las pruebas.

Los progenitores usaron certificados médicos truchos para alegar que hijos tenían una discapacidad de aprendizaje, por ese motivo a los aspirantes se les daba la oportunidad de tomar los exámenes en una sala con solo un supervisor o durante dos días.

Luego se inscribirán para realizar los exámenes en una escuela secundaria pública en Houston o en una escuela preparatoria de una universidad privada en West Hollywood, dos ubicaciones que el Sr. Singer dijo que él «controlaba» y para lo cual Singer les decía a sus clientes que dieran una razón por la que estarían en Houston o Hollywood, como por ejemplo un bar mitzvah o una casamiento.

La mayoría de los estudiantes pensaron que estaban dando las pruebas legítimamente, informó este martes uno de los fiscales del caso. Después, el supervisor corregía algunas de sus respuestas para que sus calificaciones salieran exactamente como se pretendía.

Singer cobraba entre 15.000 y 75.000 dólares por corregir respuestas erróneas de los exámenes de admisión universitaria de los hijos de sus clientes, o para que una persona se hiciera pasar por ellos para dar las pruebas.

También el acusado sobornó a los entrenadores de la universidades, para certificar falsamente que los estudiantes habían sido reclutados para algunos equipos deportivos de la escuela. Los fiscales dijeron que además falsificó etnias y otros datos personales, para destacar ciertas aptitudes o condiciones.

El acusado de ser la cabeza de todo el negocio también se desempeñó como CEO de Key World Wide Foundation (KWF), corporación sin fines de lucro que él estableció como una “supuesta caridad”, a través de la cual destinó millones de dólares a entrenadores deportivos y operadores de prueba para modificar el proceso de admisión. Esta fundación era también donde los padres hacían los pagos, lo que además les permitía deducir impuestos de sus «donaciones».

Según las autoridades, Singer fabricó «perfiles» atléticos de estudiantes para enviar junto a las solicitudes de ingreso, que los mostraban en equipos donde no habían jugado y honores que no habían ganado. Incluso, algunos padres suministraron «fotografías en escena de sus hijos que participan en actividades deportivas». Los empleados de Singer llegaron a poner, con Photoshop, las caras de los solicitantes en imágenes de atletas que se encuentran en Internet.

Uno de los casos que trascendió es el del ex entrenador del equipo femenino de fútbol de Yale, Rudolph Meredith, quien aceptó 400.000 dólares para recibir a una estudiante que nunca había jugado al fútbol de manera competitiva, según la acusación. Por ese servicio, la familia de la joven pagó a Singer 1,2 millones de dólares.

Luego de una extensa investigación que involucró a 200 agentes en todo Estados Unidos, hay 50 personas imputadas en seis estados, en un listado que incluye actrices conocidas, empresarios y personalidades de alto nivel adquisitivo.

El propio Singer viene cooperando con los investigadores federales desde septiembre de 2018. Se declaró culpable de cuatro cargos en una corte federal en Boston el martes y el juez estableció la sentencia para el 19 de junio. Por ahora, Singer fue liberado tras el pago de una fianza de 500.000 dólares.

Fuente: www.clarin.com

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